por GABY Mar Ene 31, 2012 11:48 amLa disputa por el emprendimiento minero del cerro Famatina, La Rioja, obliga a estirar el lazo para domar a ese caballo salvaje que desde los noventa es incuestionable: el esquema legal que favorece a las empresas desde tiempos de Menem.
Según un informe de la Pastoral Social de San Carlos de Bariloche, ese rocinante les permite a las empresas mineras determinar la cantidad de billetes que deben abonar al Estado, así como sortear casi todos los impuestos habidos y por haber en la Nación y las provincias.
Para la Constitución las riquezas naturales son de las provincias desde 1994, así que les corresponde determinar qué porcentaje pagarán las empresas por explotar sus recursos. Éste porcentaje tiene un techo que no alcanza ni a la altura de los pies ya que es del 3%.
El estudio de la Pastoral Social es claro a la hora de trazar cómo se define el monto: “No se cobra sobre el precio internacional sino que éste se toma como base para el cálculo del valor en boca de mina. A ese valor la compañía puede deducir los costos de transporte, fletes, seguros, molienda, beneficio, comercialización, administración, fundición y refinación. De esta manera, el Estado recibe un 3% de un monto inferior al del valor internacional”.
Pero antes los de la pala y la carretilla con visado exterior(pueden mandar afuera el 100% de sus ganancias) son los encargados de decidir “cuáles son sus costos” para no dejar que se les escape ningún pájaro de entre las manos. A este beneficio se le suma que poseen una estabilidad fiscal de 30 años que impide cobrarles nuevos impuestos.
También se puede enumerar tantas comodidades para el sector que parecería que se encuentran en una playa con nubes bajas y agua cristalina:”No pagan por traer medios de producción de afuera, tampoco cuando los venden, pueden deducir de sus balances el valor del impuesto a las ganancias por los gastos de exploración, lo mismo pueden argumentar con los montos anuales destinados a prevenir y subsanar los daños al medio ambiente”.
Y la lista sigue para el que quiera pedir otra, otra, otra: “Se les reintegra después de doce periodos el IVA por los créditos fiscales por la importación y adquisición de bienes y servicios destinados a prospección, exploración, ensayos mineralúrgicos e investigación aplicada, además, durante los primeros cinco años de concesión del área minera no abonan contribuciones, ni impuestos nacionales, provinciales o municipales( salvo el canon y las tasas por retribución de servicios y sellados)”.
En consecuencia, a partir del sexto año solo ponen el tacaca que “gravan las ganancias de las sociedades de capital, menos las deducciones que se han mencionado en esta enumeración de ventajas”.
Además, si se piensa a la actividad en la Patagonia, ya se llega a la conclusión de que las empresas están en la playa sentadas en una reposera y con un Martini en sus manos porque los estados provinciales están obligados a pagarles un reintegro del 5% por enviar sus minerales hacia el exterior.
Estos son algunos de los mimos que les da el Estado a las compañías para pedir que entren a Argentina con el fin de dar vuelta los retratos del abuelo y jugar con las joyas de la abuela.
Por Bruno Sgarzini.
http://www.prensa3m.com
Según un informe de la Pastoral Social de San Carlos de Bariloche, ese rocinante les permite a las empresas mineras determinar la cantidad de billetes que deben abonar al Estado, así como sortear casi todos los impuestos habidos y por haber en la Nación y las provincias.
Para la Constitución las riquezas naturales son de las provincias desde 1994, así que les corresponde determinar qué porcentaje pagarán las empresas por explotar sus recursos. Éste porcentaje tiene un techo que no alcanza ni a la altura de los pies ya que es del 3%.
El estudio de la Pastoral Social es claro a la hora de trazar cómo se define el monto: “No se cobra sobre el precio internacional sino que éste se toma como base para el cálculo del valor en boca de mina. A ese valor la compañía puede deducir los costos de transporte, fletes, seguros, molienda, beneficio, comercialización, administración, fundición y refinación. De esta manera, el Estado recibe un 3% de un monto inferior al del valor internacional”.
Pero antes los de la pala y la carretilla con visado exterior(pueden mandar afuera el 100% de sus ganancias) son los encargados de decidir “cuáles son sus costos” para no dejar que se les escape ningún pájaro de entre las manos. A este beneficio se le suma que poseen una estabilidad fiscal de 30 años que impide cobrarles nuevos impuestos.
También se puede enumerar tantas comodidades para el sector que parecería que se encuentran en una playa con nubes bajas y agua cristalina:”No pagan por traer medios de producción de afuera, tampoco cuando los venden, pueden deducir de sus balances el valor del impuesto a las ganancias por los gastos de exploración, lo mismo pueden argumentar con los montos anuales destinados a prevenir y subsanar los daños al medio ambiente”.
Y la lista sigue para el que quiera pedir otra, otra, otra: “Se les reintegra después de doce periodos el IVA por los créditos fiscales por la importación y adquisición de bienes y servicios destinados a prospección, exploración, ensayos mineralúrgicos e investigación aplicada, además, durante los primeros cinco años de concesión del área minera no abonan contribuciones, ni impuestos nacionales, provinciales o municipales( salvo el canon y las tasas por retribución de servicios y sellados)”.
En consecuencia, a partir del sexto año solo ponen el tacaca que “gravan las ganancias de las sociedades de capital, menos las deducciones que se han mencionado en esta enumeración de ventajas”.
Además, si se piensa a la actividad en la Patagonia, ya se llega a la conclusión de que las empresas están en la playa sentadas en una reposera y con un Martini en sus manos porque los estados provinciales están obligados a pagarles un reintegro del 5% por enviar sus minerales hacia el exterior.
Estos son algunos de los mimos que les da el Estado a las compañías para pedir que entren a Argentina con el fin de dar vuelta los retratos del abuelo y jugar con las joyas de la abuela.
Por Bruno Sgarzini.
http://www.prensa3m.com
