por GABY Lun Sep 10, 2012 7:33 pmLa nueva –no ya tan nueva– máxima de la política argentina sostiene que funcionario, ex ministro o gobernador que se distancie del gobierno de Cristina Kirchner pasa a ser de inmediato bendecido por Clarín y adoptado por Héctor Magnetto.
El recrudecimiento de la crisis política que atraviesa Santa Cruz en los últimos días lo confirma.
En la semana trascendió un supuesto espionaje que la policía provincial le habría realizado a la presidenta en la vista a Río Gallegos y El Calafate del 31 de agosto al 2 de septiembre.
Algo que de inmediato el mandatario de la provincia buscó desmentir, para ser contradicho desde la administración central por el secretario de Seguridad de la Nación Sergio Berni.
Clarín vio la grieta, mandó un enviado especial a la provincia e inició la estrategia de victimización de Peralta.
Lo primero, de manual: una recorrida por la ciudad junto al gobernador, distendido y amable con cada vecino que se cruzaba con él.
Una imagen impostada que pretende alejar los nubarrones que asoman en esas tierras patagónicas ante el proyecto que mandó Peralta a la Legislatura provincial para que le permitan endeudarse por 200 millones de dólares.
Santa Cruz atraviesa una crisis política no por un supuesto espionaje contra la jefa de Estado, ese episodio es parte de una situación precedente que tuvo su punto de inflexión en diciembre último cuando Peralta envió un paquete de medidas al Parlamento provincial que incluía un ajuste del gasto público y que fue rechazado por los legisladores y funcionarios de La Cámpora que renunciaron a sus cargos. Ajustes no fue la respuesta entonces. Y es la posición que aún hoy mantienen.
Desde el kirchnerismo santacruceño, una fuente que se define como un viejo militante del Frente para la Victoria, replica una frase que Peralta lanzó durante su caminata junto a Clarín por la capital de su provincia. Dijo el gobernador: "Vamos a arreglarnos con lo nuestro."
Contrapunto de la militancia: la construcción de viviendas, hospitales, escuelas, rutas, aeropuertos y puertos que se levantaron en la provincia, se hicieron con fondos del gobierno nacional de Néstor y Cristina Kirchner.
Y agrega: mientras Peralta gobierna con el precio del crudo a 97 dólares –es decir, unos $ 446–, la obra pública financiada con fondos provinciales es casi nula. Y recuerda que durante la gobernación de Néstor, todas las obras –colegios, hospitales, rutas– se hicieron con fondos propios y con el barril de petróleo a nueve dólares y en pleno imperio del 1 a 1 menemista.
El contrapunto continúa: el sistema de salud pública de Peralta presenta serias fallas, por ejemplo –sostienen desde Santa Cruz–, para realizar un estudio de laboratorio hay que llevar los descartables. El sistema privado crece en detrimento de la salud pública. El sistema de salud pública cuando gobernaba Kirchner se desarrollaba de modo sustentable para los santacruceños.
Y más. Peralta y sus medios afines plantean que el pago de salarios el viernes 7 llevó tranquilidad.
Pero lo cierto es que los sueldos se abonan sin fecha cierta, mientras que durante la gobernación de Kirchner se pagaban el último día hábil de cada mes.
Peralta repite que se va arreglar con recursos propios, pero los ahorros se evaporan: tomó préstamos y sigue empecinado con esa política. En 2009 y 2011 se endeudó con el Banco Nación por $ 890 millones y sólo durante 2011 recibió aportes del gobierno nacional por $ 700 millones. "Los números son evidentes: no cierran y es por culpa de la mala administración", señalan desde el kirchnerismo
La lógica de "vivir con lo nuestro" es la que aplicó la administración de Kirchner en la provincia y que luego tanto él como Cristina continuaron a nivel nacional. "Durante la gobernación de Kirchner –recuerda otro viejo compañero de ruta del ex presidente–, además de vivir con lo nuestro, de generar obra pública, de pagar los sueldos cuando corresponde, sin recibir ayuda de la Nación, el modelo generó un ahorro para la provincia por más de 600 millones dólares.
Como ahorramos, no se emitieron bonos en 2001, porque siempre pensamos que podían venir épocas duras, y así fue. Pasamos el momento más duro del país sin sobresaltos."
Al enfrentarse al gobierno nacional, Peralta fue cobijado por Clarín, que al instante comenzó a darle el mismo tratamiento que a Macri.
Comienza a blindarlo.
Así responden desde Río Gallegos a esta situación: "Lo que sucede es que en la gestión del gobernador ya no hay kirchnerismo. Es el modelo de Peralta el que llevó a la provincia a la situación actual. Lo que no debe olvidar ni él ni los medios nacionales es que el kirchnerismo sigue vivo en Santa Cruz porque el 23 de octubre del año pasado el 75% de los santacruceños votó a Cristina."
La nueva cobertura mediática que encontró Peralta, según el kirchnerismo de la provincia, pretende ocultar la responsabilidad que tiene el gobernador en la situación actual de la provincia e intenta desviar la responsabilidad hacia La Cámpora, y es particular contra Máximo Kirchner.
Una ofensiva obvia desconoce los términos medios: Máximo Kirchner pasa de ser un joven desinteresado por la política que consume sus horas en jugar a la Play Station a ser un agudo operador político que trama un golpe institucional con el gobernador. "Son increíbles –dice el viejo militante K–: el propio Peralta pidió hace unos meses que Máximo sea candidato a diputado nacional y ahora se lo acusa de estar detrás de un complot. Máximo no estuvo acá, en Río Gallegos, los últimos 90 días."
http://tiempo.infonews.com
El recrudecimiento de la crisis política que atraviesa Santa Cruz en los últimos días lo confirma.
En la semana trascendió un supuesto espionaje que la policía provincial le habría realizado a la presidenta en la vista a Río Gallegos y El Calafate del 31 de agosto al 2 de septiembre.
Algo que de inmediato el mandatario de la provincia buscó desmentir, para ser contradicho desde la administración central por el secretario de Seguridad de la Nación Sergio Berni.
Clarín vio la grieta, mandó un enviado especial a la provincia e inició la estrategia de victimización de Peralta.
Lo primero, de manual: una recorrida por la ciudad junto al gobernador, distendido y amable con cada vecino que se cruzaba con él.
Una imagen impostada que pretende alejar los nubarrones que asoman en esas tierras patagónicas ante el proyecto que mandó Peralta a la Legislatura provincial para que le permitan endeudarse por 200 millones de dólares.
Santa Cruz atraviesa una crisis política no por un supuesto espionaje contra la jefa de Estado, ese episodio es parte de una situación precedente que tuvo su punto de inflexión en diciembre último cuando Peralta envió un paquete de medidas al Parlamento provincial que incluía un ajuste del gasto público y que fue rechazado por los legisladores y funcionarios de La Cámpora que renunciaron a sus cargos. Ajustes no fue la respuesta entonces. Y es la posición que aún hoy mantienen.
Desde el kirchnerismo santacruceño, una fuente que se define como un viejo militante del Frente para la Victoria, replica una frase que Peralta lanzó durante su caminata junto a Clarín por la capital de su provincia. Dijo el gobernador: "Vamos a arreglarnos con lo nuestro."
Contrapunto de la militancia: la construcción de viviendas, hospitales, escuelas, rutas, aeropuertos y puertos que se levantaron en la provincia, se hicieron con fondos del gobierno nacional de Néstor y Cristina Kirchner.
Y agrega: mientras Peralta gobierna con el precio del crudo a 97 dólares –es decir, unos $ 446–, la obra pública financiada con fondos provinciales es casi nula. Y recuerda que durante la gobernación de Néstor, todas las obras –colegios, hospitales, rutas– se hicieron con fondos propios y con el barril de petróleo a nueve dólares y en pleno imperio del 1 a 1 menemista.
El contrapunto continúa: el sistema de salud pública de Peralta presenta serias fallas, por ejemplo –sostienen desde Santa Cruz–, para realizar un estudio de laboratorio hay que llevar los descartables. El sistema privado crece en detrimento de la salud pública. El sistema de salud pública cuando gobernaba Kirchner se desarrollaba de modo sustentable para los santacruceños.
Y más. Peralta y sus medios afines plantean que el pago de salarios el viernes 7 llevó tranquilidad.
Pero lo cierto es que los sueldos se abonan sin fecha cierta, mientras que durante la gobernación de Kirchner se pagaban el último día hábil de cada mes.
Peralta repite que se va arreglar con recursos propios, pero los ahorros se evaporan: tomó préstamos y sigue empecinado con esa política. En 2009 y 2011 se endeudó con el Banco Nación por $ 890 millones y sólo durante 2011 recibió aportes del gobierno nacional por $ 700 millones. "Los números son evidentes: no cierran y es por culpa de la mala administración", señalan desde el kirchnerismo
La lógica de "vivir con lo nuestro" es la que aplicó la administración de Kirchner en la provincia y que luego tanto él como Cristina continuaron a nivel nacional. "Durante la gobernación de Kirchner –recuerda otro viejo compañero de ruta del ex presidente–, además de vivir con lo nuestro, de generar obra pública, de pagar los sueldos cuando corresponde, sin recibir ayuda de la Nación, el modelo generó un ahorro para la provincia por más de 600 millones dólares.
Como ahorramos, no se emitieron bonos en 2001, porque siempre pensamos que podían venir épocas duras, y así fue. Pasamos el momento más duro del país sin sobresaltos."
Al enfrentarse al gobierno nacional, Peralta fue cobijado por Clarín, que al instante comenzó a darle el mismo tratamiento que a Macri.
Comienza a blindarlo.
Así responden desde Río Gallegos a esta situación: "Lo que sucede es que en la gestión del gobernador ya no hay kirchnerismo. Es el modelo de Peralta el que llevó a la provincia a la situación actual. Lo que no debe olvidar ni él ni los medios nacionales es que el kirchnerismo sigue vivo en Santa Cruz porque el 23 de octubre del año pasado el 75% de los santacruceños votó a Cristina."
La nueva cobertura mediática que encontró Peralta, según el kirchnerismo de la provincia, pretende ocultar la responsabilidad que tiene el gobernador en la situación actual de la provincia e intenta desviar la responsabilidad hacia La Cámpora, y es particular contra Máximo Kirchner.
Una ofensiva obvia desconoce los términos medios: Máximo Kirchner pasa de ser un joven desinteresado por la política que consume sus horas en jugar a la Play Station a ser un agudo operador político que trama un golpe institucional con el gobernador. "Son increíbles –dice el viejo militante K–: el propio Peralta pidió hace unos meses que Máximo sea candidato a diputado nacional y ahora se lo acusa de estar detrás de un complot. Máximo no estuvo acá, en Río Gallegos, los últimos 90 días."
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