por GABY Miér Dic 28, 2011 6:22 pmPALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE INAUGURACIÓN DEL HOSPITAL "ALBERTO EURNEKIAN", BARRIO UNION FERROVIARIA, EZEIZA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.
Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor intendente de la localidad de Ezeiza; señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor titular de América 2000, de Aeropuertos 2000 también, nuestro socio en el Estado: hoy fue un día muy especial, la inauguración de este hospital, aportado precisamente por un empresario, como Eduardo Eurnekián; equipado por el Gobierno Nacional, y que simboliza un valor social, como es la salud, y por la mañana también en otro lugar aquí en la provincia de Buenos Aires con otro valor social integrador, imprescindible también para la salud: el trabajo. Creo que el trabajo, la salud y la educación deben ser la trilogía más importante que puede tener una sociedad, un país para considerarse parte del mundo civilizado.
Algunos creían que ser parte del mundo civilizado es que te reciban con honores en lugares, que son catalogados como del Primer Mundo, sin embargo yo creo que la categoría de civilizada a una sociedad la da cuando esa sociedad y sus instituciones no solamente las políticas, sino tambièn las empresariales, las sociales, las no gubernamentales, las profesionales le pueden garantizar al conjunto de la sociedad estos tres valores: trabajo, salud y educación, que es lo que realmente define a una sociedad civilizada, a una sociedad en desarrollo y crecimiento.
Y esta mañana, yo escuchaba a otro empresario, de origen austriaco, el titular de Volkswagen Argentina, hablar con una pasión - Eduardo esa pasión que vos hablabas recién - por la Argentina, por nuestras capacidades, el orgullo como argentinos de ser el primer país que Volkswagen elige para tener como plataforma de lanzamiento, desde aquí, un auto Volkswagen para todo el mundo, nunca lo hizo en ningún otro país del mundo. (APLAUSOS).
Nos eligió a nosotros, los argentinos, no al Gobierno, no a esta Presidenta - por favor no se confundan - nos eligió a los argentinos, por la capacidad de nuestros recursos humanos y con la exigencia que todos sabemos puede tener una economía y dirigentes como los que conforman normalmente la sociedad alemana. Para nosotros debe ser también un motivo de gran orgullo. Y saben qué otra cosa que me conmovió y que me hace reafirmar este concepto de que el trabajo es el que permite salud, educación y dignifica a la gente.
Ustedes saben que una de las actividades más golpeadas, durante los primeros meses de este año, por la crisis internacional fue el sector automotriz. Llegó a tener apenas un 22; 25 por ciento de uso de su capacidad total instalada. Esto significaba turnos enteros con licencia, con media jornada, con reducción salarial, eso por el momento porque aleteaba, estaba latente el tema de la desocupación y finalmente el despido si la solución no llegaba y si no podíamos remontar, a través de las políticas del Estado precisamente la actividad automotriz.
Hoy este bloque, el bloque automotriz, es uno de los que más se ha recuperado, estamos por arriba ya del 70 por ciento de uso de su capacidad instalada. Y los que nos anunciaban, nos relataban y nos contaban, en los primeros meses del año, que iba a tener una caída del 50 por ciento el patentamiento automotor en relación al año anterior, que había sido - todos ustedes lo saben - récord en materia de patentamiento automotor, hoy vamos a terminar con un 7 por ciento menos, superamos el medio millón, llegamos a más de 550.000 mil contra los 597.000 del año pasado.
Y esto pueden parecer cifras, pero hoy vi que no lo eran. Muchos de los chicos, muy jóvenes, ustedes saben que es un sector que ocupa una mano de obra muy joven, me decía cuando yo contaba esto a un periodista que me hacía una entrevista, "yo estuve en los turnos suspendidos" y ustedes no saben la alegría que hoy había en esos chicos.
El agradecimiento, no a una Presidenta o a un Gobierno, sino a que habíamos podido articular sindicato, Estado y empresas políticas para ayudar a mantener la mano de obra y yo me di cuenta, lo comentaba con mi compañero cuando llegué, que esos chicos le habían visto la cara al diablo, esos chicos le habían visto la cara al fantasma de la desocupación.
Hoy, cuando presentábamos esta pick-up nueva, hecha desde Argentina para el mundo, con más de 1.000 nuevos puestos de trabajo que eso generó, con la tranquilidad de que el año que viene vamos a estar pasando los 700.000 automotores, uno advertía entonces, que no importa lo que digan cuando uno presenta tal o cual política, no importan los cometarios, las letras de molde y los sesudos análisis que uno escucha en las pantallas o en las radios -perdón Chiche, no es para ti-, realmente lo importante, me doy cuenta, es el resultado y es ver la cara de esos chicos muy jóvenes que hoy en Volkswagen habían recuperado la esperanza, la seguridad y la certeza que da tener un trabajo y luego está esto que hoy estamos haciendo aquí, la salud.
Por eso digo que hay que ver esto de a qué se llama sociedad desarrollada y civilizada. Cuando yo miro que en Estados Unidos 50 millones de ciudadanos no tienen ningún tipo de cobertura porque allí la salud es algo privado y que para poder acceder a ella hay que pagar, deberíamos comenzar a repensar los argentinos que es eso de ser una sociedad desarrollada, civilizada, cuáles son los parámetros, cuáles son las medidas para decidir cuán desarrollados y cuán civilizados somos.
Esta es una Argentina que, como recordaba Eduardo Eurnekián a su hermano defensor de la salud pública y de la educación pública gratuitas ambas, yo también soy una defensora a ultranza de la educación pública y gratuita, niveladora, reparadora y movilizadora social ascendente, tal vez como pocas cosas. (APLAUSOS)
También comprendo el orgullo por su hermano porque yo tengo una hermana también, no es tan importante como el suyo, no logró tantas cosas, pero siempre trabajó en el sector público, siempre creyó, luchó y trabajó en el hospital público y en los hospitales escuela.
Yo creo en esa clase de argentinos y creo que esa palabra clave que mencionó Eduardo y que es "pasión", ustedes lo saben; yo soy una apasionada también y coincido con él en que solamente con pasión se pueden realizar las tareas que son a simple vista muchas veces imposibles e inalcanzables y yo creo que con pasión se pueden hacer.
Muchas cosas que parecían imposibles en la República Argentina las estamos logrando porque a esa pasión, yo quiero agregarle otra cosa: no es una pasión cualquiera, es una pasión por el país de uno, es una pasión por la Argentina, algo que todos tenemos que tener y comenzar a ejercer todos los días y cada uno de nuestros minutos. Pasión por la Argentina y orgullo de pertenecer a este gran país. (APLAUSOS)
En nombre de todos aquellos y aquellas, porque siempre hay alguna "aquella", aunque no se vea, que han permitido que esta obra -¿no es cierto señora de Coto que siempre hay una "aquella" que es la que pone garra aunque por allí se lleven ellos los laureles?, pero no importa, somos también nosotras las que ponemos muchas cosas- decirles a todos y a todas las que participaron en la organización de esta obra, muchas gracias en nombre de todos los argentinos.
Gracias y buenas tardes. (APLAUSOS)
Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor intendente de la localidad de Ezeiza; señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor titular de América 2000, de Aeropuertos 2000 también, nuestro socio en el Estado: hoy fue un día muy especial, la inauguración de este hospital, aportado precisamente por un empresario, como Eduardo Eurnekián; equipado por el Gobierno Nacional, y que simboliza un valor social, como es la salud, y por la mañana también en otro lugar aquí en la provincia de Buenos Aires con otro valor social integrador, imprescindible también para la salud: el trabajo. Creo que el trabajo, la salud y la educación deben ser la trilogía más importante que puede tener una sociedad, un país para considerarse parte del mundo civilizado.
Algunos creían que ser parte del mundo civilizado es que te reciban con honores en lugares, que son catalogados como del Primer Mundo, sin embargo yo creo que la categoría de civilizada a una sociedad la da cuando esa sociedad y sus instituciones no solamente las políticas, sino tambièn las empresariales, las sociales, las no gubernamentales, las profesionales le pueden garantizar al conjunto de la sociedad estos tres valores: trabajo, salud y educación, que es lo que realmente define a una sociedad civilizada, a una sociedad en desarrollo y crecimiento.
Y esta mañana, yo escuchaba a otro empresario, de origen austriaco, el titular de Volkswagen Argentina, hablar con una pasión - Eduardo esa pasión que vos hablabas recién - por la Argentina, por nuestras capacidades, el orgullo como argentinos de ser el primer país que Volkswagen elige para tener como plataforma de lanzamiento, desde aquí, un auto Volkswagen para todo el mundo, nunca lo hizo en ningún otro país del mundo. (APLAUSOS).
Nos eligió a nosotros, los argentinos, no al Gobierno, no a esta Presidenta - por favor no se confundan - nos eligió a los argentinos, por la capacidad de nuestros recursos humanos y con la exigencia que todos sabemos puede tener una economía y dirigentes como los que conforman normalmente la sociedad alemana. Para nosotros debe ser también un motivo de gran orgullo. Y saben qué otra cosa que me conmovió y que me hace reafirmar este concepto de que el trabajo es el que permite salud, educación y dignifica a la gente.
Ustedes saben que una de las actividades más golpeadas, durante los primeros meses de este año, por la crisis internacional fue el sector automotriz. Llegó a tener apenas un 22; 25 por ciento de uso de su capacidad total instalada. Esto significaba turnos enteros con licencia, con media jornada, con reducción salarial, eso por el momento porque aleteaba, estaba latente el tema de la desocupación y finalmente el despido si la solución no llegaba y si no podíamos remontar, a través de las políticas del Estado precisamente la actividad automotriz.
Hoy este bloque, el bloque automotriz, es uno de los que más se ha recuperado, estamos por arriba ya del 70 por ciento de uso de su capacidad instalada. Y los que nos anunciaban, nos relataban y nos contaban, en los primeros meses del año, que iba a tener una caída del 50 por ciento el patentamiento automotor en relación al año anterior, que había sido - todos ustedes lo saben - récord en materia de patentamiento automotor, hoy vamos a terminar con un 7 por ciento menos, superamos el medio millón, llegamos a más de 550.000 mil contra los 597.000 del año pasado.
Y esto pueden parecer cifras, pero hoy vi que no lo eran. Muchos de los chicos, muy jóvenes, ustedes saben que es un sector que ocupa una mano de obra muy joven, me decía cuando yo contaba esto a un periodista que me hacía una entrevista, "yo estuve en los turnos suspendidos" y ustedes no saben la alegría que hoy había en esos chicos.
El agradecimiento, no a una Presidenta o a un Gobierno, sino a que habíamos podido articular sindicato, Estado y empresas políticas para ayudar a mantener la mano de obra y yo me di cuenta, lo comentaba con mi compañero cuando llegué, que esos chicos le habían visto la cara al diablo, esos chicos le habían visto la cara al fantasma de la desocupación.
Hoy, cuando presentábamos esta pick-up nueva, hecha desde Argentina para el mundo, con más de 1.000 nuevos puestos de trabajo que eso generó, con la tranquilidad de que el año que viene vamos a estar pasando los 700.000 automotores, uno advertía entonces, que no importa lo que digan cuando uno presenta tal o cual política, no importan los cometarios, las letras de molde y los sesudos análisis que uno escucha en las pantallas o en las radios -perdón Chiche, no es para ti-, realmente lo importante, me doy cuenta, es el resultado y es ver la cara de esos chicos muy jóvenes que hoy en Volkswagen habían recuperado la esperanza, la seguridad y la certeza que da tener un trabajo y luego está esto que hoy estamos haciendo aquí, la salud.
Por eso digo que hay que ver esto de a qué se llama sociedad desarrollada y civilizada. Cuando yo miro que en Estados Unidos 50 millones de ciudadanos no tienen ningún tipo de cobertura porque allí la salud es algo privado y que para poder acceder a ella hay que pagar, deberíamos comenzar a repensar los argentinos que es eso de ser una sociedad desarrollada, civilizada, cuáles son los parámetros, cuáles son las medidas para decidir cuán desarrollados y cuán civilizados somos.
Esta es una Argentina que, como recordaba Eduardo Eurnekián a su hermano defensor de la salud pública y de la educación pública gratuitas ambas, yo también soy una defensora a ultranza de la educación pública y gratuita, niveladora, reparadora y movilizadora social ascendente, tal vez como pocas cosas. (APLAUSOS)
También comprendo el orgullo por su hermano porque yo tengo una hermana también, no es tan importante como el suyo, no logró tantas cosas, pero siempre trabajó en el sector público, siempre creyó, luchó y trabajó en el hospital público y en los hospitales escuela.
Yo creo en esa clase de argentinos y creo que esa palabra clave que mencionó Eduardo y que es "pasión", ustedes lo saben; yo soy una apasionada también y coincido con él en que solamente con pasión se pueden realizar las tareas que son a simple vista muchas veces imposibles e inalcanzables y yo creo que con pasión se pueden hacer.
Muchas cosas que parecían imposibles en la República Argentina las estamos logrando porque a esa pasión, yo quiero agregarle otra cosa: no es una pasión cualquiera, es una pasión por el país de uno, es una pasión por la Argentina, algo que todos tenemos que tener y comenzar a ejercer todos los días y cada uno de nuestros minutos. Pasión por la Argentina y orgullo de pertenecer a este gran país. (APLAUSOS)
En nombre de todos aquellos y aquellas, porque siempre hay alguna "aquella", aunque no se vea, que han permitido que esta obra -¿no es cierto señora de Coto que siempre hay una "aquella" que es la que pone garra aunque por allí se lleven ellos los laureles?, pero no importa, somos también nosotras las que ponemos muchas cosas- decirles a todos y a todas las que participaron en la organización de esta obra, muchas gracias en nombre de todos los argentinos.
Gracias y buenas tardes. (APLAUSOS)
