"Una ley que diga que para fomentar hay que controlar es poco simpática"
"Una ley que diga que para fomentar hay que controlar es poco simpática", sostuvo a INFOnews, Claudia Kozak, doctora en Letras de la UBA y autora de libros como Contra la pared. Sobre graffitis, pintadas y otras intervenciones urbanas y Las paredes limpias no dicen nada.
Luego de analizar el proyecto de ley presentado por el legislador José Luis Acevedo, Kozak consideró que el texto "mantiene la punición si los artistas no cumplen con el tipo de modalidad de la práctica que el mismo propone". Además, explicó que tampoco queda claro qué tipo de prácticas serían aceptables y cuáles no.
Kozak aclaró que la idea de regular las intervenciones de Street Art es contraria a la ideología del movimiento ya que "la modalidad del arte callejero lleva ímplicita la idea de antiinstitucionalidad, de cierto accionar por fuera de los marcos legales habituales".
La especialista también hizo una diferenciación entre los artistas callejeros que podrían quedar enmarcados en la ley. Según su parecer, si se habla de los muralistas o grafitteros que hacen trabajos artísticos, no se podría hablar de vandalismo: "Muchos grafitteros piden permiso al dueño de una propiedad privada o utilizan paredes que en realidad son espacio público, pero están abandonadas o semi abandonadas, con lo cual muchos de ellos están haciendo un servicio a la ciudad. Además, estos artistas son los que en general son convocados a festivales o eventos que realiza la ciudad, por lo cual empadronarlos para evitar el vandalismo no haría falta".
En cambio, Kozak explicó que los grafitteros a mano alzada, que hacen firmas en fachadas privadas sin solicitar permiso, lo que podría ser considerado vandalismo, "no van a inscribirse, porque iría en contra su propia práctica, no van a ir y ponerle nombre y DNI al anonimato".
Además, explicó que el arte callejero o Street Art "es una actividad bastante permisiva porque es la sociedad la que sabe que la ciudad es un artefacto descompuesto y focalizar en el grafittero o en el muralista cuando hay tantos otros lugares del artefacto urbano que están descompuestos parece ilógico".
"La permisividad en nuestros países viene de una larga tradición de pintada política. Entonces, si los partidos políticos, totalmente legales y habilitados, pintan y no registran a cada militante que el partido contrata para pintar con nombre, apellido y número de DNI, por qué le vas a pedir eso a un artista callejero", concluyó.
Por: Marina Giacometti
http://www.infonews.com
"Una ley que diga que para fomentar hay que controlar es poco simpática", sostuvo a INFOnews, Claudia Kozak, doctora en Letras de la UBA y autora de libros como Contra la pared. Sobre graffitis, pintadas y otras intervenciones urbanas y Las paredes limpias no dicen nada.
Luego de analizar el proyecto de ley presentado por el legislador José Luis Acevedo, Kozak consideró que el texto "mantiene la punición si los artistas no cumplen con el tipo de modalidad de la práctica que el mismo propone". Además, explicó que tampoco queda claro qué tipo de prácticas serían aceptables y cuáles no.
Kozak aclaró que la idea de regular las intervenciones de Street Art es contraria a la ideología del movimiento ya que "la modalidad del arte callejero lleva ímplicita la idea de antiinstitucionalidad, de cierto accionar por fuera de los marcos legales habituales".
La especialista también hizo una diferenciación entre los artistas callejeros que podrían quedar enmarcados en la ley. Según su parecer, si se habla de los muralistas o grafitteros que hacen trabajos artísticos, no se podría hablar de vandalismo: "Muchos grafitteros piden permiso al dueño de una propiedad privada o utilizan paredes que en realidad son espacio público, pero están abandonadas o semi abandonadas, con lo cual muchos de ellos están haciendo un servicio a la ciudad. Además, estos artistas son los que en general son convocados a festivales o eventos que realiza la ciudad, por lo cual empadronarlos para evitar el vandalismo no haría falta".
En cambio, Kozak explicó que los grafitteros a mano alzada, que hacen firmas en fachadas privadas sin solicitar permiso, lo que podría ser considerado vandalismo, "no van a inscribirse, porque iría en contra su propia práctica, no van a ir y ponerle nombre y DNI al anonimato".
Además, explicó que el arte callejero o Street Art "es una actividad bastante permisiva porque es la sociedad la que sabe que la ciudad es un artefacto descompuesto y focalizar en el grafittero o en el muralista cuando hay tantos otros lugares del artefacto urbano que están descompuestos parece ilógico".
"La permisividad en nuestros países viene de una larga tradición de pintada política. Entonces, si los partidos políticos, totalmente legales y habilitados, pintan y no registran a cada militante que el partido contrata para pintar con nombre, apellido y número de DNI, por qué le vas a pedir eso a un artista callejero", concluyó.
Por: Marina Giacometti
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