La cadena NH realizó una encuesta entre sus directores sobre los descuidos registrados en un centenar de establecimientos en diferentes lugares del mundo.
En el ranking de descuidos más habituales se encuentran el cargador del teléfono celular enchufado en alguna esquina (estadísticamente, cada cliente lo olvida en uno de cada diez viajes realizados). El pijama y la ropa interior, un clásico que se reclama en menos del 50% de las ocasiones; el libro de cabecera; el pasaporte y algunas golosinas de la gastronomía regional guardadas en el minibar.
Los lugares más comunes de estos hallazgos son el armario, con los zapatos como descuido número uno; bajo la cama y entre las sábanas; el baño, la mesa de luz en la que se encuentra todo tipo de lecturas, guías turísticas, documentos y dinero; en los destinos de sol y playa se olvidan trajes de baño y las sandalias en la terraza.
Osos y bicicletas
Además de estos olvidos previsibles, recopilaron abandonos por demás curiosos, como una silla de ruedas, una colección de pelucas, un perro y hasta una pierna ortopédica.
En la categoría de artículos voluminosos, los directores recuerdan maletas repletas, una alfombra persa de 4 metros, un juego de hamacas de terraza, un oso panda de peluche de 1.80 metros, una bicicleta, una señal de tráfico auténtica y hasta un Hummer, que permaneció abandonado en el garaje del hotel durante semanas hasta que se consiguió localizar al dueño.
También los pasajeros adinerados dejan sus millones olvidados en la caja fuerte, como 100 mil euros encontrados en una ocasión en un hotel español de la cadena y 100 mil pesos recogidos en un establecimiento uruguayo. En ambos casos, increíblemente nunca fueron reclamados, aunque todo queda cuidadosamente almacenado por un año hasta que el pasajero lo reclame
http://www.minutoneuquen.com
En el ranking de descuidos más habituales se encuentran el cargador del teléfono celular enchufado en alguna esquina (estadísticamente, cada cliente lo olvida en uno de cada diez viajes realizados). El pijama y la ropa interior, un clásico que se reclama en menos del 50% de las ocasiones; el libro de cabecera; el pasaporte y algunas golosinas de la gastronomía regional guardadas en el minibar.
Los lugares más comunes de estos hallazgos son el armario, con los zapatos como descuido número uno; bajo la cama y entre las sábanas; el baño, la mesa de luz en la que se encuentra todo tipo de lecturas, guías turísticas, documentos y dinero; en los destinos de sol y playa se olvidan trajes de baño y las sandalias en la terraza.
Osos y bicicletas
Además de estos olvidos previsibles, recopilaron abandonos por demás curiosos, como una silla de ruedas, una colección de pelucas, un perro y hasta una pierna ortopédica.
En la categoría de artículos voluminosos, los directores recuerdan maletas repletas, una alfombra persa de 4 metros, un juego de hamacas de terraza, un oso panda de peluche de 1.80 metros, una bicicleta, una señal de tráfico auténtica y hasta un Hummer, que permaneció abandonado en el garaje del hotel durante semanas hasta que se consiguió localizar al dueño.
También los pasajeros adinerados dejan sus millones olvidados en la caja fuerte, como 100 mil euros encontrados en una ocasión en un hotel español de la cadena y 100 mil pesos recogidos en un establecimiento uruguayo. En ambos casos, increíblemente nunca fueron reclamados, aunque todo queda cuidadosamente almacenado por un año hasta que el pasajero lo reclame
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