por GABY Dom Feb 19, 2012 5:11 pmCon insultos, agresiones y mensajes ofensivos, un sector de los isleños se encarga de recordarle a los visitantes de nuestro país que no son bienvenidos
Por GONZALO MAINOLDI
El rechazo de los kelpers hacia los argentinos parece haberse transmitido de generación en generación desde los tiempos de la guerra, y las tensiones diplomáticas entre nuestro país y Gran Bretaña han contribuido a que esa actitud se haga por estos días mucho más evidente. Entre los cerca de cuarenta argentinos que nos encontramos de visita en las islas, ninguno ha podido quedar a salvo de sufrir maltratos y agresiones por parte de isleños.
Dedos anulares levantados desde la ventanilla de autos, insultos dichos al pasar, miradas amenazantes, remeras y carteles que ofenden nuestros signos patrios y actitudes de claro ninguneo son una moneda corriente con la que se enfrentan los argentinos tan pronto aterrizan en las Islas. Si bien no se trata de una actitud generalizada, hay entre los isleños un sector que no pierde oportunidad de hacerle saber a los visitantes de nuestro país que no somos bienvenidos.
Sin llegar a constituir un clima de amenaza, las provocaciones de los isleños parecen sin embargo tornarse cada vez más serias con el transcurso de los días. Al caer la tarde, las charlas de los argentinos que se juntan a repasar la jornada derivan inevitablemente en el mismo punto: los malos tragos sufridos. Y es que lo cierto es que no pasan de ser sólo eso: malos tragos.
Aquí en las islas, cualquiera que agrede físicamente a otra persona es penalizado con prisión y termina pagando severas multas. Pero a falta de agresiones físicas, las provocaciones son constantes. "Te buscan todo el tiempo para que vos reacciones", comenta Sebastián, un argentino que se encuentra por estos días de visita en Malvinas.
"Acá no nos quieren", afirma Mario, que llegó desde Córdoba para visitar los campos de batalla y recorrer el interior del archipiélago. "Se nota una agresividad mucho mayor que otras veces", señala por su parte Julio, otro compatriota que ya va por su tercera visita a las Islas acompañando a un amigo ex combatiente.
EL VICTORY BAR
Apenas unos pocos en un pueblo chico, los turistas argentinos se cruzan constantemente a lo largo del día tanto en las esquinas del centro como en The Globe, uno de los pubs más concurridos por los isleños. Y es que en el otro pub, el Victory, los argentinos no somos aceptados.
Centro de reunión de los kelpers más radicales, el Victory Bar no exhibe ningún cartel que prohíba explícitamente el ingreso de argentinos; pero se sabe que en él un compatriota nuestro puede llegar a pasarla mal. De hecho, uno de los suvenires que se venden en su barra es una jarra de cerveza con el mapa de Sudamérica pero sin el territorio argentino; en su lugar, una leyenda dice "Shit Sea".
El mismo mapa, pero sin la leyenda, se encuentra en la puerta de un supermercado ubicado a las afueras de Puerto Argentino. En él, al advertir que los clientes que siguen en la cola son argentinos, una cajera se pone a charlar con una compañera y los deja esperando largos minutos como si no existieran. Ese tipo de ninguneo, más que los insultos directos, es la actitud que predomina aquí en las islas con los visitantes de nuestros país.
Claro que no todos los kelpers se comportan igual. Algunos se muestran por completo indiferentes al cruzarse con argentinos; y otros sienten curiosidad y hasta deseos de intercambiar ideas en torno al conflicto por las islas. Esos últimos son los menos.
http://www.eldia.com.ar
Por GONZALO MAINOLDI
El rechazo de los kelpers hacia los argentinos parece haberse transmitido de generación en generación desde los tiempos de la guerra, y las tensiones diplomáticas entre nuestro país y Gran Bretaña han contribuido a que esa actitud se haga por estos días mucho más evidente. Entre los cerca de cuarenta argentinos que nos encontramos de visita en las islas, ninguno ha podido quedar a salvo de sufrir maltratos y agresiones por parte de isleños.
Dedos anulares levantados desde la ventanilla de autos, insultos dichos al pasar, miradas amenazantes, remeras y carteles que ofenden nuestros signos patrios y actitudes de claro ninguneo son una moneda corriente con la que se enfrentan los argentinos tan pronto aterrizan en las Islas. Si bien no se trata de una actitud generalizada, hay entre los isleños un sector que no pierde oportunidad de hacerle saber a los visitantes de nuestro país que no somos bienvenidos.
Sin llegar a constituir un clima de amenaza, las provocaciones de los isleños parecen sin embargo tornarse cada vez más serias con el transcurso de los días. Al caer la tarde, las charlas de los argentinos que se juntan a repasar la jornada derivan inevitablemente en el mismo punto: los malos tragos sufridos. Y es que lo cierto es que no pasan de ser sólo eso: malos tragos.
Aquí en las islas, cualquiera que agrede físicamente a otra persona es penalizado con prisión y termina pagando severas multas. Pero a falta de agresiones físicas, las provocaciones son constantes. "Te buscan todo el tiempo para que vos reacciones", comenta Sebastián, un argentino que se encuentra por estos días de visita en Malvinas.
"Acá no nos quieren", afirma Mario, que llegó desde Córdoba para visitar los campos de batalla y recorrer el interior del archipiélago. "Se nota una agresividad mucho mayor que otras veces", señala por su parte Julio, otro compatriota que ya va por su tercera visita a las Islas acompañando a un amigo ex combatiente.
EL VICTORY BAR
Apenas unos pocos en un pueblo chico, los turistas argentinos se cruzan constantemente a lo largo del día tanto en las esquinas del centro como en The Globe, uno de los pubs más concurridos por los isleños. Y es que en el otro pub, el Victory, los argentinos no somos aceptados.
Centro de reunión de los kelpers más radicales, el Victory Bar no exhibe ningún cartel que prohíba explícitamente el ingreso de argentinos; pero se sabe que en él un compatriota nuestro puede llegar a pasarla mal. De hecho, uno de los suvenires que se venden en su barra es una jarra de cerveza con el mapa de Sudamérica pero sin el territorio argentino; en su lugar, una leyenda dice "Shit Sea".
El mismo mapa, pero sin la leyenda, se encuentra en la puerta de un supermercado ubicado a las afueras de Puerto Argentino. En él, al advertir que los clientes que siguen en la cola son argentinos, una cajera se pone a charlar con una compañera y los deja esperando largos minutos como si no existieran. Ese tipo de ninguneo, más que los insultos directos, es la actitud que predomina aquí en las islas con los visitantes de nuestros país.
Claro que no todos los kelpers se comportan igual. Algunos se muestran por completo indiferentes al cruzarse con argentinos; y otros sienten curiosidad y hasta deseos de intercambiar ideas en torno al conflicto por las islas. Esos últimos son los menos.
http://www.eldia.com.ar
