PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN LA REUNIÓN CON REPRESENTANTES DE ORGANIZACIONES DE DERECHOS HUMANOS, EN LA EMBAJADA ARGENTINA EN ROMA
Buenas tardes a todos. Veo a muchas personas que han sufrido muchos estos años que hoy nos acompañan; veo allí al hijo de Silvio Frondizi con su hija, la nieta de Silvio Frondizi; a la sobrina de Leonie Douquet; a tantos militantes de organizaciones de derechos humanos, exiliados, ex presos políticos: veo a gente que tuvo que dejar su Patria, nuestro país, para poder salvar su vida, pero que cuando llegó aquí no hizo tal vez lo que hubiera hecho algún otro de olvidarse de lo que pasaba en su Patria. Juntando seguramente fuerzas, vaya a saber de dónde las sacaron, uno muchas veces piensa que no tiene fuerzas para hacer las cosas, pero Dios en algún lado pone fuerzas y finalmente salen y son para construir. Porque en definitiva cuando uno lucha para que la memoria, la verdad y la justicia puedan llevarse adelante, en realidad está apuntando a una construcción solidaria, diferente, en la que todos los hombres y mujeres, cualquiera sea su nacionalidad, su religión, puedan reconocerse.
Yo quiero decirles a todos ustedes, en nombre de todos los argentinos, en nombre de los tres poderes del Estado, yo en este caso del Poder Ejecutivo, también hay representantes del Poder Legislativo y del Poder judicial, que son los tres poderes de la Constitución y de la democracia y que, como siempre digo, derrumbaron el muro de la impunidad y permiten que hoy quienes violaron masivamente los derechos humanos de los argentinos sean juzgados por los jueces de la Constitución y de acuerdo a las leyes de la Constitución y con todas las garantías y derechos que toda sociedad civilizada y democrática debe a sus ciudadanos y a sus ciudadanas.
Querría seguir hablando pero como me cuesta mucho, solo les pido perdón por no haber podido hacerlo antes, porque son más de 30 años, y 25, este año, de la democracia. Así que perdón en nombre de todos los argentinos por no haberlo podido hacer antes. Aquí estamos con todas nuestras fuerzas, con todas nuestras esperanzas y con la mano tendida hacia el otro, solidariamente, que así se construye un país y una Patria. Muchas gracias. (Aplausos)
Buenas tardes a todos. Veo a muchas personas que han sufrido muchos estos años que hoy nos acompañan; veo allí al hijo de Silvio Frondizi con su hija, la nieta de Silvio Frondizi; a la sobrina de Leonie Douquet; a tantos militantes de organizaciones de derechos humanos, exiliados, ex presos políticos: veo a gente que tuvo que dejar su Patria, nuestro país, para poder salvar su vida, pero que cuando llegó aquí no hizo tal vez lo que hubiera hecho algún otro de olvidarse de lo que pasaba en su Patria. Juntando seguramente fuerzas, vaya a saber de dónde las sacaron, uno muchas veces piensa que no tiene fuerzas para hacer las cosas, pero Dios en algún lado pone fuerzas y finalmente salen y son para construir. Porque en definitiva cuando uno lucha para que la memoria, la verdad y la justicia puedan llevarse adelante, en realidad está apuntando a una construcción solidaria, diferente, en la que todos los hombres y mujeres, cualquiera sea su nacionalidad, su religión, puedan reconocerse.
Yo quiero decirles a todos ustedes, en nombre de todos los argentinos, en nombre de los tres poderes del Estado, yo en este caso del Poder Ejecutivo, también hay representantes del Poder Legislativo y del Poder judicial, que son los tres poderes de la Constitución y de la democracia y que, como siempre digo, derrumbaron el muro de la impunidad y permiten que hoy quienes violaron masivamente los derechos humanos de los argentinos sean juzgados por los jueces de la Constitución y de acuerdo a las leyes de la Constitución y con todas las garantías y derechos que toda sociedad civilizada y democrática debe a sus ciudadanos y a sus ciudadanas.
Querría seguir hablando pero como me cuesta mucho, solo les pido perdón por no haber podido hacerlo antes, porque son más de 30 años, y 25, este año, de la democracia. Así que perdón en nombre de todos los argentinos por no haberlo podido hacer antes. Aquí estamos con todas nuestras fuerzas, con todas nuestras esperanzas y con la mano tendida hacia el otro, solidariamente, que así se construye un país y una Patria. Muchas gracias. (Aplausos)