por GABY Dom Ene 15, 2012 8:56 pmPALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE ANUNCIO DE INVERSIONES E INAUGURACIÓN DE UNA ENCUADERNADORA, EN LA INDUSTRIA GRÁFICA “ARCÁNGEL MAGGIO”, EN LAFAYETTE, CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES.
Gracias, muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor titular de la empresa “Arcángel Maggio”; Sebastián, su hijo; la familia Maggio, hijos de inmigrantes como casi todos, yo de gallegos, ellos de tanos, ¿de Bari, no? Y la verdad que estar aquí es una gran alegría porque este tema de una empresa que estuvo a punto de cerrar por esas cosas jurídicas, que poco tienen que ver con lo económico, pero que finalmente terminan destruyendo empresas y destruyendo ilusiones y sueños.
Me acuerdo que lo comenzó a abordar durante su gestión el Presidente Kirchner para salvar precisamente esta empresa que hoy da trabajo a 220 argentinos. Acabo de inaugurar además una máquina única de impresoras que hacen, por ejemplo, esta revistita para una conocida automotriz, no voy a decir cuál, en la que estuve – por esas raras coincidencias – el pasado jueves presentando un nuevo modelo de auto.
Me maravilló la capacidad de la fábrica para impresión de etiquetas, de libros, de revistas y nos están anunciando la inversión para comenzar a producir libros, de un color, 14 mil por horas, ¿puede ser esa la cifra? 14 mil por año, yo había leído 14 mil por hora, la máquina esa, ah viste que no me había equivocado. Pero lo que más impresiona es lo que dijo la locutora: en el país el 78 por ciento de los libros que leemos los argentinos son importados.
El otro día me enteraba que ingresaban al país libros de Mafalda, libros de Jorge Luís Borges, de Cortázar, cuando fue precisamente la Argentina – durante los años 70 – líder en materia de industria gráfica, por inversión, por calidad de recursos humanos. Y por eso realmente estamos queriendo, hoy, aquí dar un gesto muy fuerte de apoyo y vamos a seguir diseñando políticas activas, instrumentando políticas activas para que cada una de las grandes ramas de la industria argentina; la impresión – por supuesto - es uno de los diez bloques industriales importantes en la República Argentina puedan seguir creciendo.
El concurso de esta empresa, que se dio en el año 98, en la década de los noventa y que recién luego de muchísimas instancias judiciales, idas y venidas y fallo muy dividido también de la Corte Suprema de Justicia, finalmente se homologó, en el año 2008 no precisamente a favor de la empresa, sino a favor de una empresa que ya no está hoy en el país y que seguramente tenía la forma de un fondo buitre. Bueno, cosas que pasan en la República Argentina.
Pero yo me siento muy orgullosa y Sebastián me decía muy orgulloso que están y él junta todos los años para poder pagar cada una de las cuotas de ese acuerdo. Ya llevan cuatro cuotas pagadas, una por año, y siguen invirtiendo en el país. Yo les agradezco la terquedad; yo les agradezco el que hayan insistido y que no hayan aflojado, pese a todas las piedras en el camino y todos los palos en la rueda. Tengo mucha confianza en todos aquellos argentinos, que pese a los palos en la rueda avanzan contra viento y marea; será porque en definitiva también me siento un poco identificada – digo – con lo de los palos en la rueda y las piedras en el camino a no bajar la cabeza, a no agachar la cabeza y en todo caso agacharla para seguir para adelante caminando, trabajando y produciendo.
Con la incorporación de las nuevas máquinas, que permitirán hacer libros inclusive, ya el año que viene, a cuatro colores ¿es correcto, no me equivoco? a cuatro colores, van a incorporar más gente a trabajando llegando a un total de 280 personas. Como verán un ejemplo, que yo quería venir aquí porque yo recuerdo cuando lo fueron a ver a Néstor a pedirle ayuda porque no querían cerrar una fábrica tan importante, porque no querían que la gente quedara en la calle.
Para aquellos que han venido de una raza de inmigrantes, que creen en el trabajo y que son empresarios de corazón realmente cerrar una fábrica es algo más que eso: es dejar gente en la calle y fundamentalmente cerrar los sueños y las ilusiones de un futuro mejor.
Por eso quería venir a agradecerle que hayan mantenido la confianza en el país. También es cierto que las políticas que comenzamos a desarrollar, desde el año 2003, llevaron a que muchísima gente tuviera confianza y decidiera reinvertir y decidiera seguir luchando para poder seguir produciendo.
Y lo que es importante, Sebastián con mucho orgullo me mostraba lo que es el Plan de Aprendizaje que tiene esta empresa. Esta empresa tiene un Plan de Aprendizaje para jóvenes de escuelas de aquí de Barracas, estamos en Barracas, Capital Federal, y de esas escuelas los chicos vienen a aprender un curso de dos años, me mostraba los gráficos de cómo van pasando máquina por máquina hasta que aprenden el funcionamiento completo de la fábrica. Son todos chicos y chicas muy jóvenes, salvo los más veteranos. Ahí vi también a algunos veteranos. Hubo un veterano – Hugo – que me dijo: “la fui a ver a la Plaza de Mayo y no puedo creer verla acá al lado mío en la planta”. ¿Adónde estás Hugo? Vení que te quiero ver, ¿está fuera, está trabajando? Claro donde tiene que estar: trabajando en la máquina Hugo. Y él muy emocionado me dijo: “la fui a ver a la Plaza de lejos, y no puedo creer que la esté viendo al lado mío, parada al lado de la máquina donde trabajo”. (APLAUSOS).
Y quiero decirte Hugo, vení Hugo. (APLAUSOS). Quiero decirte a vos Hugo y en nombre de todos los Hugos del país que a está Presidenta no solamente la van a ver en la Plaza o en los despachos, la van a ver en cada fábrica y en cada máquina apoyando a cada trabajador y a cada empresa, que luche por seguir produciendo y generando trabajo e inversión en el país. (APLAUSOS).
Gracias Hugo, gracias familia Maggio. Vamos a seguir trabajando y vamos a impulsar – desde el ministerio de Educación – que todos los libros que se adquieran del ministerio de Educación sean industrial nacional. (APLAUSOS).
El otro día tuve medio una agarradita porque cuando me mandaron un montón de libros la mayoría habían sido impresos en el país, pero había dos que no habían sido impresos acá. No quiero repetir las cosas que dije porque quedaría muy mal y sería muy mal educada, pero quiero que los libros que lean los argentinos sean – en su gran mayoría – siempre es imposible la totalidad, el cien por cien, porque hay libros muy especiales, porque hay ediciones que son características o muy lujosas, pero no me refiero a esas, todos saben de lo que estoy hablando. Estoy hablando de que da vergüenza que en la Argentina el 78 por ciento de los libros que leamos sean importados, cuando supimos tener una industria muy potente.
Por eso, por Hugo, que va a la Plaza, pero está en la máquina; por los Maggio, que pese a todo lo que les pasó siguieron trabajando y no aflojaron y por los millones de argentinos que siguen creyendo y apostando por su país yo les digo que cuenten conmigo siempre.
Muchas gracias y felicitaciones, muchas gracias. (APLAUSOS).
Gracias, muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor titular de la empresa “Arcángel Maggio”; Sebastián, su hijo; la familia Maggio, hijos de inmigrantes como casi todos, yo de gallegos, ellos de tanos, ¿de Bari, no? Y la verdad que estar aquí es una gran alegría porque este tema de una empresa que estuvo a punto de cerrar por esas cosas jurídicas, que poco tienen que ver con lo económico, pero que finalmente terminan destruyendo empresas y destruyendo ilusiones y sueños.
Me acuerdo que lo comenzó a abordar durante su gestión el Presidente Kirchner para salvar precisamente esta empresa que hoy da trabajo a 220 argentinos. Acabo de inaugurar además una máquina única de impresoras que hacen, por ejemplo, esta revistita para una conocida automotriz, no voy a decir cuál, en la que estuve – por esas raras coincidencias – el pasado jueves presentando un nuevo modelo de auto.
Me maravilló la capacidad de la fábrica para impresión de etiquetas, de libros, de revistas y nos están anunciando la inversión para comenzar a producir libros, de un color, 14 mil por horas, ¿puede ser esa la cifra? 14 mil por año, yo había leído 14 mil por hora, la máquina esa, ah viste que no me había equivocado. Pero lo que más impresiona es lo que dijo la locutora: en el país el 78 por ciento de los libros que leemos los argentinos son importados.
El otro día me enteraba que ingresaban al país libros de Mafalda, libros de Jorge Luís Borges, de Cortázar, cuando fue precisamente la Argentina – durante los años 70 – líder en materia de industria gráfica, por inversión, por calidad de recursos humanos. Y por eso realmente estamos queriendo, hoy, aquí dar un gesto muy fuerte de apoyo y vamos a seguir diseñando políticas activas, instrumentando políticas activas para que cada una de las grandes ramas de la industria argentina; la impresión – por supuesto - es uno de los diez bloques industriales importantes en la República Argentina puedan seguir creciendo.
El concurso de esta empresa, que se dio en el año 98, en la década de los noventa y que recién luego de muchísimas instancias judiciales, idas y venidas y fallo muy dividido también de la Corte Suprema de Justicia, finalmente se homologó, en el año 2008 no precisamente a favor de la empresa, sino a favor de una empresa que ya no está hoy en el país y que seguramente tenía la forma de un fondo buitre. Bueno, cosas que pasan en la República Argentina.
Pero yo me siento muy orgullosa y Sebastián me decía muy orgulloso que están y él junta todos los años para poder pagar cada una de las cuotas de ese acuerdo. Ya llevan cuatro cuotas pagadas, una por año, y siguen invirtiendo en el país. Yo les agradezco la terquedad; yo les agradezco el que hayan insistido y que no hayan aflojado, pese a todas las piedras en el camino y todos los palos en la rueda. Tengo mucha confianza en todos aquellos argentinos, que pese a los palos en la rueda avanzan contra viento y marea; será porque en definitiva también me siento un poco identificada – digo – con lo de los palos en la rueda y las piedras en el camino a no bajar la cabeza, a no agachar la cabeza y en todo caso agacharla para seguir para adelante caminando, trabajando y produciendo.
Con la incorporación de las nuevas máquinas, que permitirán hacer libros inclusive, ya el año que viene, a cuatro colores ¿es correcto, no me equivoco? a cuatro colores, van a incorporar más gente a trabajando llegando a un total de 280 personas. Como verán un ejemplo, que yo quería venir aquí porque yo recuerdo cuando lo fueron a ver a Néstor a pedirle ayuda porque no querían cerrar una fábrica tan importante, porque no querían que la gente quedara en la calle.
Para aquellos que han venido de una raza de inmigrantes, que creen en el trabajo y que son empresarios de corazón realmente cerrar una fábrica es algo más que eso: es dejar gente en la calle y fundamentalmente cerrar los sueños y las ilusiones de un futuro mejor.
Por eso quería venir a agradecerle que hayan mantenido la confianza en el país. También es cierto que las políticas que comenzamos a desarrollar, desde el año 2003, llevaron a que muchísima gente tuviera confianza y decidiera reinvertir y decidiera seguir luchando para poder seguir produciendo.
Y lo que es importante, Sebastián con mucho orgullo me mostraba lo que es el Plan de Aprendizaje que tiene esta empresa. Esta empresa tiene un Plan de Aprendizaje para jóvenes de escuelas de aquí de Barracas, estamos en Barracas, Capital Federal, y de esas escuelas los chicos vienen a aprender un curso de dos años, me mostraba los gráficos de cómo van pasando máquina por máquina hasta que aprenden el funcionamiento completo de la fábrica. Son todos chicos y chicas muy jóvenes, salvo los más veteranos. Ahí vi también a algunos veteranos. Hubo un veterano – Hugo – que me dijo: “la fui a ver a la Plaza de Mayo y no puedo creer verla acá al lado mío en la planta”. ¿Adónde estás Hugo? Vení que te quiero ver, ¿está fuera, está trabajando? Claro donde tiene que estar: trabajando en la máquina Hugo. Y él muy emocionado me dijo: “la fui a ver a la Plaza de lejos, y no puedo creer que la esté viendo al lado mío, parada al lado de la máquina donde trabajo”. (APLAUSOS).
Y quiero decirte Hugo, vení Hugo. (APLAUSOS). Quiero decirte a vos Hugo y en nombre de todos los Hugos del país que a está Presidenta no solamente la van a ver en la Plaza o en los despachos, la van a ver en cada fábrica y en cada máquina apoyando a cada trabajador y a cada empresa, que luche por seguir produciendo y generando trabajo e inversión en el país. (APLAUSOS).
Gracias Hugo, gracias familia Maggio. Vamos a seguir trabajando y vamos a impulsar – desde el ministerio de Educación – que todos los libros que se adquieran del ministerio de Educación sean industrial nacional. (APLAUSOS).
El otro día tuve medio una agarradita porque cuando me mandaron un montón de libros la mayoría habían sido impresos en el país, pero había dos que no habían sido impresos acá. No quiero repetir las cosas que dije porque quedaría muy mal y sería muy mal educada, pero quiero que los libros que lean los argentinos sean – en su gran mayoría – siempre es imposible la totalidad, el cien por cien, porque hay libros muy especiales, porque hay ediciones que son características o muy lujosas, pero no me refiero a esas, todos saben de lo que estoy hablando. Estoy hablando de que da vergüenza que en la Argentina el 78 por ciento de los libros que leamos sean importados, cuando supimos tener una industria muy potente.
Por eso, por Hugo, que va a la Plaza, pero está en la máquina; por los Maggio, que pese a todo lo que les pasó siguieron trabajando y no aflojaron y por los millones de argentinos que siguen creyendo y apostando por su país yo les digo que cuenten conmigo siempre.
Muchas gracias y felicitaciones, muchas gracias. (APLAUSOS).
