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    27 Julio 2010-Palabras de la Presidenta en el acto por el aniversario 156 de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires

    GABY
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    Mensaje por GABY Jue Dic 29, 2011 12:45 am

    PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO POR EL 156 ANIVERSARIO DE LA BOLSA DE COMERCIO, EN SARMIENTO 299. CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES.

    Muy buenas noches a todos y a todas; señor presidente de la Bolsa de Comercio: quiero agradecerle, en primer término, a usted la deferencia que ha tenido de haber pospuesto este encuentro, con motivo de mi viaje a la República Popular China, que obligó a que el evento que debía haberse celebrado en otro momento se celebrara hoy, quiero agradecerle esa deferencia a usted, a toda su Comisión Directiva y a todos los hombres y mujeres de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires

    Creo que esta es la tercera vez que vengo como presidenta de la República a un encuentro como este y debo decirle que tal vez sea este el momento en que mejores condiciones veo a nuestra situación para - como usted dice - seguir en esta política de crecimiento que ha significado en estos siete años el crecimiento más importante que esta institución ha tenido en toda su historia.

    Si uno mira el crecimiento de todos los sectores, comparados con años anteriores: campo, industria, actividad bursátil, actividad financiera, actividad de la construcción - y voy identificando a los que están sentados más cerca y los puedo visualizar - saldo de comercio exterior que ha habido en estos años lo cual nos ha permitido mantener un fuerte superávit comercial, el mejor de todos en la historia y por esas extrañas paradojas el año pasado, 2009, fue el de mayor crisis en la economía mundial. Tuvo que ver, es cierto, también me dirá el sector de la industria con una disminución de las importaciones producto de la caída de la actividad - concedo esto - pero hemos administrado correctamente el comercio exterior, que además - debemos decirlo - pocos países tienen una economía tan abierta y que permite tanto la inversión extranjera en todos los sectores.

    Todos ustedes son hombres y mujeres que conocen el mundo, yo lo desafío a que vaya a otros países e intenten, por ejemplo, ingresar en el sector de servicios a ver si encuentran - y aquí diviso a la señora Embajadora de los Estados Unidos, sentada en primera fila - si uno va y puede encontrar en otras economías muy importantes y con altísimo grado de desarrollo, el nivel de apertura en materia de servicios estratégicos de un país, llámese energía en todos sus niveles, electricidad, gas, telecomunicaciones, por ejemplo que empresas que cotizan en esta Bolsa el grado de apertura. No lo van a encontrar, hay fuertes restricciones en todas las principales economías del mundo a que ingresen en sectores que esos gobiernos consideran estratégico para la inversión nacional o para la inversión e interés nacionales. Sin embargo, la Argentina tiene una apertura en materia de servicios que no registra ninguna otra economía, ni que hablar de comprar gubernamentales en donde nuestras licitaciones están abiertas, ya sea en materia de infraestructura; en materia de cualquier compra gubernamental; servicios de comunicaciones, de software.

    El otro día inauguraba un centro de exportación de una importantísima empresa a nivel mundial, alemana, diseñadora de software para nivel de empresa, diseña software de nuestras principales instituciones gubernamentales, como la AFIP y la ANSES, por ejemplo. Vayamos a ver si esto sucede en algunas otras economías del mundo. Por eso la primera desmitificación, es decir que aquí no hay certeza, o seguridad, o capacidad de inversión; vienen adónde hay rentabilidad, obviamente, porque los capitales - mi querido Adelmo, mis queridos amigos y amigas - no se mueven por cuestiones sentimentales ni de confianza, invierten donde hay rentabilidad, donde pueden extraer ganancias. Esta es la regla básica de la inversión en el mundo capitalista, y está muy bien que así sea, porque en definitiva nadie quiere perder dinero. Yo creo que además nuestro país ha cumplimentado, como lo ha comentado el presidente, uno de los pasos más importantes también, que ha sido precisamente salir del default, del año 2001. es cierto parece que hubiera ocurrido hace un siglo, pero no fue hace un siglo, yo lo recuerdo muy bien estaba sentada en mi banca de senadora, el default que este año hemos, con la segunda apertura del canje, al 93 por ciento de recomposición de la cartera defaulteada y que prácticamente los únicos que han quedado afuera son los fondos buitres. Esto también nos coloca y nos posiciona al país en un lugar sumamente importante.

    También hemos pagado rigurosamente, a partir del primer canje, en el año 2005, todos nuestros vencimientos. Este año lo hicimos además con una cuestión que - estábamos charlando cuando estuvimos en el escritorio con Adelmo - y que originó un gran debate, usted lo mencionó recién, que estamos batiendo récords de reservas en el Banco Central, el récord había sido en marzo del año 2008, durante mis primeros meses de gestión como presidenta, donde en marzo del 2008, llegamos a 50.517 millones de dólares en el Banco Central; este año no solamente hemos batido ese récord, sino que hoy estamos en 51.072 millones aproximadamente, de acuerdo con la última compra que se hizo hoy en el Banco Central.

    Pero esto de la confianza, que usted hablaba, y que ahí si voy a darle la razón, en gestos y cosas que han tenido que ver en la República Argentina que han sucedido y que han enturbiado nuestra imagen internacional. Cuando en diciembre, del año pasado, decidimos que en el marco de lo que costaba salir al mercado de capitales, independientemente de nuestra situación de default era un mercado difícil por lo que pasaba en el mundo. De hecho, hace pocos días, se colocó aquí un bono en la Bolsa, donde aún con garantía de petróleo se pagó una tasa de 9,65. ¿Y cómo operó esta discusión, yo diría de distorsión internacional, que se produjo en diciembre? Negativamente, sin lugar a dudas, y cuando vamos a los resultados de cómo decidimos hacer frente a nuestros vencimientos de deuda cuál fue el resultado, vemos que estábamos en lo cierto. Hemos reducido el nivel de deuda en relación con nuestro PBI, que si uno cuenta la deuda intrasector público, es decir los bonos colocados en instituciones del Estado, estamos cercanos al 30 por ciento de relación entre la deuda y el PBI. No recuerda la historia una situación semejante, desde 1824, cuando Don Bernardino Rivadavia nos endeudó con la Baring Brothers y la terminamos de pagar casi un siglo después. Es la primera vez, en las últimas décadas, desde que Argentina fundamentalmente ingresó, luego del 55, en Bretton Woods, que tenemos tan bajo nivel de relación entre PBI y deuda y todos sabíamos y sabemos porque se repitió hasta el cansancio desde todos los sectores, partidos políticos, organizaciones no gubernamentales, que la deuda constituía una severísima restricción al crecimiento porque impedía que el Estado, compelido como estaba el pago de esa deuda, tuviera instrumentos para intervenir en la economía y activara precisamente el crecimiento, que dicho sea de paso en estos últimos siete años ha sido el crecimiento más importante de los últimos 200 años.

    Usted señalaba con acierto que es muy importante la situación que estamos atravesando, que hemos tenido un crecimiento en el primer semestre de la economía más que importante y también es importante, entonces, que ese clima de negocios no solamente esté a cargo del Gobierno, o de la Bolsa, o de los empresarios. Un tema que yo voy a abordar porque no podía dejar de hacerlo, es un desafío cada vez que vengo aquí, y que es el tema del famoso encaje del 30 por ciento sobre capital.

    Fíjese - Adelmo - que por un lado uno lee todos los días en la crónica de diarios especializados, y no tan especializados pero que ya sabemos cómo piensan, de la fuga de capitales permanentes. Fíjese por una lado, un sector como la Bolsa reclama condiciones de no encaje al ingreso de capitales; por otro lado la noticia y el ranking permanente era qué cantidad de miles de millones se había fugado mes por mes. Es cierto que esto no es responsabilidad de la Bolsa al decirlo, pero esto lo dicen y lo dicen todos los días con una visión equivocada. Porque yo me pregunto, por ejemplo, cuando un importante empresa - lo charlábamos recién en su escritorio - brasilera compra importantísimas empresas argentinas con inversión y desembolso de miles de millones de dólares, cómo es visto desde la Bolsa de San Pablo, como fuga de capitales o como inversión de esas empresas.

    Por eso creo que es muy importante que una sociedad, que es algo más que un gobierno, que es algo más que su Bolsa, que es algo más que las Cámaras empresariales que las representan definan claramente cuál es su estrategia porque suena muy inconsistente y casi para el psiquiatra que, por un lado, un sector esté reclamando un levantamiento en cuanto al encaje y, por otro lado, diaria y cotidianamente se mencione la fuga de capitales como uno de los principales problemas de la política económica del país. A crecer, a crear confianza y a crear clima tienen que ayudar todos, porque una sola, o uno solo o un grupo no podemos hacerlo.

    El otro drama que tenemos con el tema de la volatilidad de los mercados y que es un hecho, inclusive, algunos de los artículos que se publicaron en los últimos días, uno muy interesante en "La Nación", debe haber aquí muchos lectores de "La Nación", del día domingo, donde hablaban del tema de los mercados, también hubo otro muy interesante de Paul Krugman que se publicó, con respecto a todo esto de los mercados. Y decía que los únicos que tienen ideología son los políticos y los economistas, que los mercados no tienen ideología. Si mañana descubren que hay otra forma de rentabilidad mejor y que contradice todos los principios y postulados que han sostenido hasta el día de la fecha, lo borran con el codo, sin ningún problema, y pasan a las antípodas dialécticas y discursivas sin ningún problema, porque su objetivo es ese precisamente: la rentabilidad. Por eso digo que - y lo decían estos economistas - no cometamos el error de seguir a los mercados en "efecto manada" porque podemos llegar a equivocarnos.

    El otro problema, que también lo hemos charlado, cuando me han ido a visitar, hace pocos días, antes de que yo me fuera a China, es el tema de cómo impacta en la economía argentina el ingreso y salida de capitales. Nosotros vemos a menudo todos los días con la presidenta del Banco Central, cuando vemos la Bolsa de San Pablo, o vemos el valor del real y vemos que el real oscila un día - y lo tomo como ejemplo porque es nuestro principal socio comercial y tengo necesariamente que referirme a eso - que el real puede estar un día en 1,78; 1,75;1,76; al otro día puede estar en 1,87 y al otro volver a estar en 1,75 y no se le mueve el pelo a un solo brasilero. Esto no sucede en la Argentina, esta oscilación en el mercado cambiario llevaría y acarrearía verdaderas corridas. Imagínense, no más los titulares de los diarios, acompañando esas movidas y sería nefasto para todos los sectores de la actividad económica. ¿Por qué? Porque tenemos todavía el problema de lo que yo denomino la cultura bimonetaria. Yo creo que ya hice referencia, en alguna oportunidad, cuando estuve aquí, en mi anterior intervención el año pasado, esa referencia permanente a mirar qué pasa con el dólar, que no pasar en otras economías, ni siquiera en la de nuestro principal socio: Brasil, donde la gente piensa en reales, vive en reales, invierten en reales. Esto no sucede en la Argentina, con lo cual también tenemos este factor que debe ser contado, a la hora de tomar una decisión.

    Pero estamos dispuestos a discutir todos los mecanismos que se puedan llevar a cabo para que podamos en todo caso diseñar algo que garantice que la volatilidad de los mercados, la especulación financiera que desbarrancó - como usted decía recién - el dow jones. Yo pensaba qué hubiera pasado, en la Argentina, si hubiéramos cerrado la rueda porque no podíamos seguir y esto pasó en la principal economía del mundo en Wall Street y a nadie se le movilizó un pelo. Claro es la principal economía del mundo, tiene economía de reserva, tiene los F-16, como yo digo, que son los que refuerzan la moneda de reserva, es otra cosa evidentemente; nosotros somos un mercado emergente.

    Y esta es una de las cuestiones que estamos planteando también permanentemente en el G-20 y en la arquitectura e ingeniería financiera internacional: la necesidad de que las reglas sean para todos. Por eso cuando me hablan de confianza y seguridad, esto en la Argentina jamás hubiera pasado y sin embargo pasó en Wall Street, en el corazón - por así decirlo - del mundo financiero, comercial y económico del mundo. ¿Cuál es la necesidad que nosotros tenemos y estamos planteando en el G-20? La necesidad de tener reglas uniformes para todos los países; si el superávit fiscal y comercial es necesario para dar solidez es necesario que todos tengan superávit fiscal y comercial, no solamente determinados países y los otros, los que por ejemplo tienen moneda de reserva puedan seguir emitiendo y endeudándose, exportando o importando esa deuda a los países emergentes y a los no tan emergentes, que además debemos decirlo, fuimos los países emergentes los responsables del mayor crecimiento en la economía mundial, en los últimos diez años, frente a un mundo desarrollado que finalmente implosionó.

    Y quiero decirle realmente cuál es mi aprehensión con todo esto. Temo que esa volatilidad, temo que esa burbujas que se armaron en economías más importantes, en términos de volumen, en términos de inversión y que provocaron la debacle y el desplome de mercados se transfiera a nuestro país, que hemos logrado en estos años una solidez en nuestro sistema financiero, producto de la crisis del 2001, que nos sirvió para aprender a todos, pero que tiene una solidez y una solvencia que pueda estar sometido a cualquier tests de estrés y saldría nuestro sector financiero absolutamente airoso.

    Las reservas nuestras no son reservas producto de ingreso de capitales especulativos, nuestras reservas son reales, son el resultado y la diferencia entre exportaciones e importaciones, o sea entre los que trabajamos y producimos aquí, en la Argentina, y entre lo que importamos, o sea lo que producen y trabajan afuera; son reservas reales y contundentes producto del trabajo, del esfuerzo, de la producción, de la industria, del comercio, de la construcción, de todos los sectores de la actividad económica.

    Por eso yo creo que la mirada que debemos tener es una mirada por sobre todas las cosas inteligente, no una mirada por aprehensión o temor por prejuicios. No me llevan prejuicios en esto, se los puedo asegurar, nunca he tenido prejuicios a la hora de adoptar decisiones; simplemente he querido imprimirle a cada una de mis decisiones como Presidenta de todos los argentinos, por un lado, racionalidad económica, que significa seguir sosteniendo estás variables macroeconómicas que nos han permitido a todos los sectores tener un crecimiento exponencial, aún a aquellos sectores que no comparten nuestro modelo pero que, sin embargo, con nuestro modelo han tenido la acumulación de rentabilidad más importante de la que se tenga memoria en las últimas décadas. Después de todo nadie puede exigirle adhesión a nadie porque le vaya bien económicamente. En definitiva, cada uno decide qué es lo que quiere hacer de su vida, pero estamos dispuestos a examinar los mecanismos que haya que examinar, con la única reserva, con la única condición de garantizar que es volatilidad - reitero - que implosionó en todas las sociedades y que uno hoy ve cuando le toca viajar.

    La reunión que mantuve en Madrid, hace muy poco tiempo, como presidenta de América latina y del MERCOSUR con la Unión Europea, yo había estado en muchas reuniones antes con los europeos y la actitud y los problemas de hoy, comparados con los de hace apenas un año y medio o dos años atrás, me impresionaron. Yo quiero preservar a la Argentina de eso, yo debo tender como Presidenta de todos los argentinos a preservar a todos los sectores. Inclusive también a ustedes, porque si se produjera un ingreso de capitales meramente especulativos tendríamos un impacto muy negativo que también terminaría siendo pagado por la propia Bolsa a partir del costo que podría tener en sus empresas, en las empresas que cotizan aquí también en Bolsa.

    Por eso estamos abiertos a la discusión de mecanismos, pero de mecanismos inteligentes que nos garanticen que esto no sucederá. Fíjense ustedes, si nosotros vemos el comportamiento que ha tenido la economía argentina durante el año 2009, en el cual todo hacía presagiar que el contagio iba a venir y muy fuerte, y vemos el comportamiento, porque indudablemente -y todos lo saben- esto que estamos teniendo en el 2010 es producto de lo que hicimos entre otras cosas en el 2009; si nos hubiéramos desbarrancado en el 2009 nunca podríamos haber tenido el nivel de crecimiento que tiene la actividad económica, la industria, el nivel de acumulación de reservas, el nivel de rentabilidad en general de todos los sectores.

    Por eso creo que lo que necesitamos es por sobre todas las cosas que todos los actores aporten racionalidad. Para comentarles a título de anécdota nada más, cómo perdemos tiempo en discusiones estériles, cómo sembramos miedos y desconfianzas, me acuerdo de una ley que impulsamos desde el gobierno con Débora y que fue darle a Tierra del Fuego una categoría similar a la de Manaos que podemos tener en nuestro acuerdo del MERCOSUR. Me acuerdo de grandes diarios anunciando que iban a dejar de hacer netbooks, que los costos de los celulares se iban a ir por las nubes; estamos batiendo records en materia de venta de celulares. Si cuando yo vine el año pasado aquí estábamos en 40 millones, ahora estamos cerca de superar los 50 millones de celulares, en un país de 40 millones de habitantes. Presagiaban la ruina de gente que iba a dejar de vender, el impuesto tecnológico creo que se llamaba que la gente no iba a poder comprar una netbook, un celular. Nada de eso pasó y nada de lo que se dijo pasó. Ni el dólar a 12 pesos como decía ese economista que me contaba Adelmo y que todos conocemos.

    Creo que una de las principales cuestiones que tenemos los argentinos como sociedad..., una sociedad no la construye un gobierno ni un sector económico, la construyen todos los actores sociales. Y ya que hablábamos del Bicentenario, con lo cual comenzó Adelmo, quiero finalizar diciéndoles esto: creo que la sociedad le ha dado a todos los dirigentes una gran lección el 25 de mayo. Millones de argentinos se volcaron a la calle, de distintas extracciones sociales, seguramente de distintas ideas políticas, la diversidad y la pluralidad de la que somos capaces los argentinos, a festejar y conmemorar una fiesta sin un solo incidente. En una Argentina donde si uno leía los diarios si se juntaban más de 4 argentinos en una esquina se mataban. Nada de esto pasó.

    Por eso quiero que nosotros tengamos nuestro propio relato, que cada sector tenga su propio relato de cómo está, de cómo le ha ido, independientemente de la simpatía o la antipatía que le pueda generar la Presidenta. Porque es natural, somos seres humanos, despertamos simpatía, antipatía, nadie tiene que sentirse molesto por estas cosas. Pero yo los invito a cada uno a que piense cómo le ha ido en estos 7 años, si le ha ido mejor o peor que las décadas anteriores, si está con más expectativas o no que en otras etapas del país. Todo esto en un mundo que se mostraba como un ideal de directriz, que se ha derrumbado y que aún -digámoslo también con todas las letras- no consigue recomponerse del todo. No lo decimos contentos, estamos deseosos de que finalmente las economías desarrolladas puedan prontamente recuperarse y contribuir al esfuerzo de los países emergentes, que no solamente tenemos que mantener la actividad económica sino seguir incluyendo a millones de argentinos que durante décadas se nos habían caído, cosa que no había sucedido en los países desarrollados.

    Entonces creo que lo importante es que nos sentemos a trabajar, a discutir sin slogans, fundamentalmente sobre todo en economía lo único que les pido a los sectores es consistencia en los planteos. Me gustaría y vamos a discutir el tema de otro reclamo que vienen haciendo también de hace tiempo, que muchas veces las empresas pagan ganancias que no tienen. Yo lo voy a invitar Adelmo a usted y a toda la comisión directiva, estamos examinando en la AFIP actividad por actividad, sector por sector, cuando vemos los niveles de facturación bruta y vemos el nivel de rentabilidad declarada, hay algo que no cierra. Por eso creo que también nos movemos con clichés. Estamos analizándolo muy fuertemente porque queremos vivir en una sociedad más justa, más equitativa, no sacarle nada a nadie, pero tampoco que nadie le robe nada sobre todo a los que menos tienen, no pagando los impuestos que tiene que pagar.

    Por eso digo que hay mucho cliché, mucho slogan, pero cuando uno se sienta a mirar los números, a mirar las rentabilidades, ve que hay otro mundo. Yo los invito a que discutamos con mucha consistencia, y cuando hablemos de economía con los números sobre la mesa estoy segura que muchos de ustedes se van a llevar grandes sorpresas, porque reitero, hay mucho slogan y poca consistencia en los planteos. No me refiero por supuesto a lo que usted acaba de decir, Adelmo, sino a lo que muchas veces vemos escrito y repetido en letra de molde.

    Entonces creo que el gran desafío que tenemos los argentinos todos es ver cómo profundizamos estas variables y mejoramos las condiciones para seguir teniendo rentabilidad, para seguir exportando cada vez más, para seguir agregando valor. Y sí voy a compartir algo que lo comparto desde siempre con la Bolsa, me encantaría que no miraran más la pizarra del dólar, que cada argentino no preguntara cuánto está el dólar sino que preguntara cómo está la acción de tal compañía para comprarla, para poder asegurarse una rentabilidad de aquí a un tiempo más. Eso me encantaría, pero forma parte de una cultura que no puede revertirse en tan poco tiempo, en una Argentina que, reitero, sigue todavía con una cultura bimonetaria. Que cuesta, inclusive por ahí hasta nos hacen pulseadas desde los mercados para ver cómo es la flotación administrada o hasta dónde vamos con la flotación administrada. Y es notable, porque venimos repitiéndolo desde hace tiempo, siempre tienen la misma reacción y sin embargo lo siguen haciendo. Es una de las cosas que muchas veces llaman la atención, creer que haciendo las mismas cosas se van a obtener resultados diferentes, yo digo que haciendo las mismas cosas siempre se obtienen los mismos resultados.

    Por eso creo que en un ámbito como este, en un ámbito que es muy especial, muy específico y además muy conocedor de todo esto que yo estoy diciendo, más allá de que se comparta o no, lo importante es que podamos entre todos contribuir a mejorar, que es lo que le debe importar a la Bolsa, la actividad de las empresas argentinas. A mí me interesa mejorarlas, yo quiero empresas grandes y fuertes, que coticen mucho en Bolsa, que tomen mucha gente, que además de tomar gente paguen buenos salarios y además, obviamente, todas las empresas que están aquí tienen un control que no tienen otras empresas que cotizan en bolsa, me gustaría que muchas empresas más cotizaran en bolsa porque tendríamos una economía más formal, más controlada, más bancarizada también.

    Entonces creo que son estas las cosas que tenemos que hablar, que discutir, y ver si podemos articular los intereses de todos, que son fundamentalmente los de seguir dándole sustentabilidad a una economía que se ha mostrado eficiente a la hora de asegurar rentabilidad a los empresarios, trabajo y mejoría de calidad de vida a los argentinos. En eso se basa una economía eficiente, no solamente en la rentabilidad de los empresarios sino también en la rentabilidad social, que en definitiva es la que torna dialécticamente sustentable la rentabilidad en su conjunto.

    Por eso, y para no darles más la lata, porque debo haber hablado más de 20 minutos, que es lo que se acostumbra hacer, les agradezco a todos los hombres y mujeres de la Bolsa que hoy se han acercado hasta aquí, le agradezco a su Presidente, y lo felicito por el crecimiento que ha tenido el Merval en estos años, el más importante de toda su historia, y los invito a que podamos hablar el próximo año y decir que seguimos creciendo con la misma intensidad que lo venimos haciendo. Esto es lo que me gustaría como Presidenta, venir aquí el próximo año y decir "seguimos creciendo". Hoy lo puedo decir, en un mundo convulsionado y volátil, y a veces también con fuertes avatares internos, muchas veces artificiales, porque además una sociedad puede tener conflictos graves pero muchos de ellos son solamente creados ficticiamente para golpear al gobierno, sin advertir, en un juego casi suicida, que si al gobierno le va mal les va a ir mal a todos los argentinos, y hemos tenido pruebas suficientes de fracasos que finalmente han involucrado a toda la sociedad.

    Por eso estoy muy contenta de estar hoy aquí, estoy muy contenta de este balance que Adelmo hace de la gestión, del Merval, que también obviamente tiene los méritos en su comisión, en su dirección, a quienes felicito también y los invito a que discutamos estas diferencias que tenemos sobre las cuestiones del encaje para ver si podemos arribar a un acuerdo que permita seguridad y al mismo tiempo rentabilidad.

    Muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas

      Fecha y hora actual: Lun Mayo 06, 2024 5:06 pm