por GABY Lun Dic 26, 2011 4:15 pmDISCURSO DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL CIERRE DE LA XI ASAMBLEA ORDINARIA DE LA CÁMARA INTERAMERICANA DE TRANSPORTE, EN LA SEDE DE FADEEAC.
Muy buenas tardes a todos y a todas. Señor presidente de la FADEEAC; señor Secretario General de CGT; señores empresarios, delegados de países de nuestro continente y también de Europa: quiero decirles que me encuentro muy contenta de estar aquí. Respecto de las dos intervenciones que me han precedido, voy a comenzar por la del señor Secretario General de la CGT, que ha sido casi una clase, esto para los delegados extranjeros, de peronismo. Déjenme que les cuente un poquito, es que es innato me parece, él dice que no se da cuenta pero es innato. Él habló de que cuando comenzó la actividad como camionero era impensable que alguna vez pudiera estar sentado con un patrón, era impensable que alguna vez pudiera acordar con lo que se denominaba la patronal, porque en realidad los veían como explotadores, como chupasangres, creo que esos fueron los adjetivos, ¿no? Quiero contarles que las categorías de pensamiento histórico intelectual que tuvimos en el mundo, fundamentalmente en nuestro país hasta el advenimiento de lo que fue el peronismo, planteaban una colisión entre el capital y el trabajo, era algo así como que los trabajadores debían enfrentar a los que tenían el capital, esto nos venía de afuera, eran fundamentalmente categorías de pensamiento y análisis que venían de afuera. Creo que tal vez uno de los aportes más importantes que ha dado el partido en el cual milito desde hace muchos años ha sido plantear una óptica diferente de la relación trabajador-patrón, trabajo-capital, y que es no la del enfrentamiento sino precisamente la de la articulación y la cooperación. Porque como dijeron los dos, el transporte de carga ha sido fundamental en el desarrollo económico del país, pero como bien señalaba el Secretario General de la CGT, de nada valdría el capital que se tiene si no hay un trabajador que se suba a ese camión y lo conduzca.
Esto aunque parezcan obviedades muchas veces no lo son, y muchas veces se piensa desde un sector o del otro, pero fundamentalmente muchas veces de los sectores más concentrados de la economía, aquellos que tienen el capital, que es posible tener un modelo económico en el cual el capital reciba toda la renta y los trabajadores una exigua parte del esfuerzo nacional. Nosotros siempre hemos creído en el fifty fifty, en el aporte del trabajo y del capital, porque es finalmente la articulación inteligente, no bondadosa, inteligente, de ambos, lo que genera mayor riqueza y da mayor sustentabilidad social y política a un modelo económico.
En relación a las palabras del titular de la FADEEAC, de la cantidad de gente que emplea, de la importancia del sector del transporte de cargas, es cierto, ha adquirido en la Argentina un peso específico inusitado. Pero no siempre fue así, este lugar en el cual hoy estamos -me lo comentaban-, que es esta importante sede de más de 4000 metros cuadrados a la que se va a sumar esto que estamos poniendo en marcha hoy entre el sindicato, la federación de sindicatos y la federación patronal para este emprendimiento de 27 hectáreas, con simuladores, con capacitadores, etcétera, tiene un antecedente de que esta misma federación transportista patronal tenía apenas 120 metros cuadrados hace cinco o seis años. Y no es mérito del gobierno este crecimiento, es mérito de un modelo económico que ha basado en el trabajo y en la producción la generación de riqueza, porque para que haya transporte de carga tiene que haber producción que transportar. Si un país sólo tiene servicios, si un país no produce manufacturas industriales, manufacturas agropecuarias, granos, carne, mercaderías, en fin todo lo que constituye un modelo basado no en la especulación sino en la producción y en el trabajo, seguramente no tendría el peso específico que hoy tiene la actividad en el concierto nacional y fundamentalmente en la actividad económica.
Quiero decir entonces que la importancia del sector, como la de todos los otros sectores que tienen que ver con la economía real de un país, va a tener desarrollo y crecimiento en la medida en que un país crezca a través de la producción y el trabajo, y no de la especulación. Pero además con esta concepción diferente de saber que todo modelo económico fuerte requiere de entidades patronales fuertes y también de sindicatos fuertes.
No me voy a olvidar nunca de una conferencia de la que participé en Ginebra hace ya dos años creo, con José María Cuevas, quien entonces era presidente de la Confederación Empresarial Española, participamos él como parte patronal, un dirigente sindical inglés, y quien les habla como política, fuimos los invitados especiales en ese encuentro anual de la OIT en Ginebra; y recuerdo muy bien que él planteaba la necesidad de un modelo de desarrollo en el cual precisamente hubiera sindicatos fuertes, porque significaba que había muchos trabajadores y organizados; y la existencia también de federaciones patronales, representando cada uno sus intereses, porque en eso también tenemos que ser absolutamente claros, nadie renuncia a representar sus intereses, para eso hay discusiones paritarias, para eso hay discusiones de las condiciones laborales, pero siempre con el equilibrio y la responsabilidad de ambos sectores en el sentido de que saben que el uno no puede prescindir del otro y que es necesario llegar a puntos de confluencia en los intereses.
Esta es una de las claves de la armonización de un proyecto de país productivo. Que obviamente hoy afronta como muchísimas economías del mundo no el desafío sino el desastre que ha provocado precisamente el que en algunos lugares se haya creído que el dinero se podía multiplicar sin pasar por el circuito de la producción de bienes o servicios. Hoy estamos asistiendo a la debacle total y final de una forma de entender el capitalismo únicamente vinculado a las finanzas y a los movimientos especulativos, y no a la producción y al trabajo.
Sí tenemos un gran desafío en todos aquellos países como la Argentina, como muchísimas economías emergentes que contribuimos al crecimiento de la economía mundial de los últimos diez o catorce años, de generar alternativas de discusión, de pensamiento diferentes a las que nos han planteado desde los grandes centros, y que finalmente han estallado en mil pedazos.
Quiero decirles a todos los empresarios aquí presentes, a quienes han sido mis anfitriones, que en realidad los méritos nunca son de un gobierno o de un sector político, sino de un modelo económico de acumulación que tiene en su matriz al trabajo y la producción como los ejes fundamentales. Y el gran desafío que tenemos aquí en la Argentina es que la asunción de este modelo en sus bases estructurales de generación de bienestar, de generación de trabajo, de generación de riqueza, sea asumida por el conjunto de la dirigencia de un país, para luego sí discutir en todo caso en los actos electorales quién tiene la iniciativa política, como corresponde a todo sistema democrático, pero esencialmente concluir en que las únicas bases posibles de crecimiento, de bienestar, de redistribución del ingreso, están en el trabajo y en la producción.
Y aunque parezca una verdad de Perogrullo, nos costó mucho a nosotros los argentinos convencer a muchos que sostenían que este modelo era inviable y que todos los años preanunciaban que se caía. Me acuerdo, para mencionar al pasar, algunas de las críticas que merecimos cuando allá por el año 2005, si mal no recuerdo, el anterior gobierno estableció la normativa de encaje para el ingreso de capitales de por lo menos dos años para evitar el advenimiento de capitales golondrina, que ante cualquier crisis vuelan como está sucediendo en muchísimas economías, como hoy estamos viendo, atacando fundamentalmente el valor de su moneda o el nivel de sus reservas. Me acuerdo también cuando durante todo el año 2007 o el año 2008, en una economía que venía creciendo a tasas chinas por así decirlo, más del 8%, planteaban que debíamos hacer un gradualismo y enfriar la economía porque el peligro fundamental era la inflación, y entonces debíamos planchar la economía. Afortunadamente en aquella oportunidad tampoco con el tema de planchar la economía les dimos respuesta, porque no quiero ni imaginarme lo que podría ser la situación en nuestro país si hubiéramos adoptado esas decisiones.
El otro día, para finalizar, leía en un importante diario argentino que comentaba las decisiones de Estados Unidos, del actual Presidente, en relación a lo que significa el salvataje de bancos y la emisión monetaria que se está dando y lo que puede llegar a causar la inflación. En ese caso levantaban la inflación, decían que era mucho mejor la inflación, creo que el titular era "Inflación o muerte"; yo pensaba, ¿será que la inflación si viene de Estados Unidos tiene otro color y un sabor diferente a lo que podía ser la inflación en la República Argentina? Yo digo siempre que tal vez una de las dificultades más grandes que podemos tener los argentinos es lograr que nuestros decisores, en todos los ámbitos, económicos, comunicacionales, miren con mejores ojos a nuestro país, la República Argentina. Estoy segura que a los logros que hemos obtenido podríamos seguir sumándoles más aún, porque un país también se construye con la confianza de sus trabajadores, de sus empresarios y de toda su dirigencia, institucional, comunicacional, política, sindical, empresarial; confianza en nosotros mismos y fundamentalmente en que el trabajo y la producción son los dos grandes ejes que construyen el mundo, siempre fue así. Toda vez que se intentaron modelos de construcción de burbujas, terminaron muy mal.
Hoy estamos ante el desafío, todos, dirigentes políticos con responsabilidades institucionales, empresarios, dirigentes sindicales, trabajadores, de afrontar una de las crisis económicas mundiales más importantes de las que se tenga memoria, algunos dicen que es similar a la de 1930. Tengamos entonces la apertura mental suficiente y el compromiso con nuestros trabajadores, con nuestras empresas, con los intereses de nuestros países, para cuidar lo que hemos logrado y poder seguir creciendo.
Este ejemplo de hoy, de la parte patronal y sindical firmando este importantísimo acuerdo, es una muestra de la confianza que se tiene en nuestro país, en nuestro modelo económico, que en definitiva es confianza en nosotros mismos.
Muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas.
