por GABY Jue Dic 22, 2011 2:52 pmPALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN DEL PLAN FEDERAL DE INFRAESTRUCTURA PARA LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA AÑO 2008-2011
Muy buenos días a todos y a todas. Realmente recién escuchaba a Lino, nuestro ministro de Ciencia y Tecnología, hablar un poco del grado de obsolescencia que tiene todo lo que es estructura en materia de ciencia y tecnología, producto de que durante décadas, como él mismo lo señaló, no se atendió precisamente a la ciencia y la tecnología, al conocimiento en general como una cuestión transformadora, no solamente desde el punto de vista pedagógico o academicista sino esencialmente también por su inserción en el aparato productivo, que es el círculo virtuoso que las grandes sociedades desarrolladas han tenido, poder articular conocimiento con proceso productivo y proceso económico. Esta ha sido la polea de transformación de fines del siglo XX y del siglo XXI. Fíjense que en miles de años que tiene la humanidad siempre los hombres más ricos tuvieron que ver con que eran más ricos por la posesión de la tierra, por la posesión de los recursos, pero siempre eran cosas materiales y físicas. Fue recién a fines del siglo XX y comienzos del XXI donde por primera vez un hombre es el más rico del mundo no porque acumuló oro, tierras o dinero sino porque tuvo conocimientos y con Microsoft impuso la industria de la nanotecnología, por así decirlo.
Esto es un cambio estructural que tal vez no alcancemos a percibir en la dimensión que el conocimiento tiene hoy, no solamente como un punto de vista enriquecedor desde lo intelectual, desde la investigación, sino concretamente en la generación de riqueza, y me parece que éste es el salto cualitativo que teníamos que dar en la Argentina, donde siempre tuvimos una visión académica del conocimiento, que está muy bien tenerla, no hay por qué desalentarla, pero lo que es necesario, imprescindible, es articular ese conocimiento con el proceso económico.
Es el salto cualitativo que estamos dando y por eso comenzamos con la tarea de repatriación durante el anterior gobierno, durante la anterior gestión, de numerosos investigadores, científicos y científicas que se habían ido del país. Por eso se mejoró sustancialmente el ingreso de todos los investigadores del CONICET, de aquellos que en algún momento alguien había mandado a lavar los platos porque no servían para otra cosa.
También de la misma manera aumentar las becas así como dirigir y orientar la política de becas para todas aquellas ciencias y tipos de investigación que necesitamos para acumular conocimiento en este proceso de acumulación económica que estamos llevando a cabo desde el 25 de mayo del 2003. Generar además la infraestructura donde pueden desarrollar sus tareas. Hace pocos días estuvimos en las obras que se inauguraron en la Universidad de San Martín, un laboratorio extraordinario, donde precisamente había vuelto una joven pareja de científicos, un matrimonio, que habían estado radicados en Estados Unidos y además participaba su padre, otro científico muy importante argentino, preparando nuevos científicos. Generando entonces la infraestructura y las condiciones para que los recursos humanos vuelvan al país los que se fueron, se potencien y al mismo tiempo, a través de una política becaria inteligente y orientada, lograr precisamente el surgimiento de la creación de nuevos científicos, de nuevas científicas que ayuden a dar sustentabilidad, agregando conocimiento a este virtuoso modelo económico social, y como yo digo también cultural que estamos llevando a cabo todos los argentinos, que es patrimonio de todos los argentinos.
Yo no quiero sin embargo terminar esta intervención sin mencionar un tema que tal vez es ajeno a la ciencia y la tecnología pero que tiene que ver con convicciones muy íntimas, con el valor de los derechos humanos, con gestiones con las que nos hemos comprometido institucionalmente y también emocionalmente, por qué no, las instituciones no deben ser incompatibles con las emociones y los sentimientos, pero no podemos menos que celebrar hoy los argentinos y creo que toda la humanidad la liberación de cuatro rehenes en el día de ayer, y además abogar desde aquí, dado los testimonios que se han obtenido de algunos de ellos acerca de la salud de Ingrid Betancourt. Demandar, pedir, rogar una vez más por la liberación de Ingrid Betancourt, no solamente dirigido a quienes la tienen prisionera sino además a aquellos que tienen responsabilidades para lograr las condiciones en que pueda producirse el canje humanitario de una buena vez por todas.
Yo pido a Dios que ilumine a quienes tienen la altísima responsabilidad y el altísimo honor de conducir los destinos de la hermana República de Colombia para que podamos articular, entre todos, los países que nos hemos comprometido muy fuertemente en esta tarea absolutamente humanitaria, desprovista de identidades o pertenencias ideológicas, que todos tenemos pero que debemos separar al momento de la vigencia de los derechos humanos, pedir, solicitar, rogar una vez más que hagan todo lo posible para que el canje humanitario pueda producirse e Ingrid Betancourt y los otros prisioneros también recuperen su libertad.
No podía dejar de decir esto esta mañana. Creo que todos nos hemos sentido muy conmovidos con las imágenes, por los testimonios que vimos y escuchamos ayer, y creo que no podía pasar un momento más sin decirlo. Así lo siento, así lo planteé el día de mi asunción y así lo voy a seguir haciendo hasta el último de mis días con vida, en toda tarea que tenga que ver con los derechos humanos y con políticas que ayuden a la vida, a vivir, a seguir viviendo.
Muchas gracias y tengan todos ustedes muy buenos días.
Muy buenos días a todos y a todas. Realmente recién escuchaba a Lino, nuestro ministro de Ciencia y Tecnología, hablar un poco del grado de obsolescencia que tiene todo lo que es estructura en materia de ciencia y tecnología, producto de que durante décadas, como él mismo lo señaló, no se atendió precisamente a la ciencia y la tecnología, al conocimiento en general como una cuestión transformadora, no solamente desde el punto de vista pedagógico o academicista sino esencialmente también por su inserción en el aparato productivo, que es el círculo virtuoso que las grandes sociedades desarrolladas han tenido, poder articular conocimiento con proceso productivo y proceso económico. Esta ha sido la polea de transformación de fines del siglo XX y del siglo XXI. Fíjense que en miles de años que tiene la humanidad siempre los hombres más ricos tuvieron que ver con que eran más ricos por la posesión de la tierra, por la posesión de los recursos, pero siempre eran cosas materiales y físicas. Fue recién a fines del siglo XX y comienzos del XXI donde por primera vez un hombre es el más rico del mundo no porque acumuló oro, tierras o dinero sino porque tuvo conocimientos y con Microsoft impuso la industria de la nanotecnología, por así decirlo.
Esto es un cambio estructural que tal vez no alcancemos a percibir en la dimensión que el conocimiento tiene hoy, no solamente como un punto de vista enriquecedor desde lo intelectual, desde la investigación, sino concretamente en la generación de riqueza, y me parece que éste es el salto cualitativo que teníamos que dar en la Argentina, donde siempre tuvimos una visión académica del conocimiento, que está muy bien tenerla, no hay por qué desalentarla, pero lo que es necesario, imprescindible, es articular ese conocimiento con el proceso económico.
Es el salto cualitativo que estamos dando y por eso comenzamos con la tarea de repatriación durante el anterior gobierno, durante la anterior gestión, de numerosos investigadores, científicos y científicas que se habían ido del país. Por eso se mejoró sustancialmente el ingreso de todos los investigadores del CONICET, de aquellos que en algún momento alguien había mandado a lavar los platos porque no servían para otra cosa.
También de la misma manera aumentar las becas así como dirigir y orientar la política de becas para todas aquellas ciencias y tipos de investigación que necesitamos para acumular conocimiento en este proceso de acumulación económica que estamos llevando a cabo desde el 25 de mayo del 2003. Generar además la infraestructura donde pueden desarrollar sus tareas. Hace pocos días estuvimos en las obras que se inauguraron en la Universidad de San Martín, un laboratorio extraordinario, donde precisamente había vuelto una joven pareja de científicos, un matrimonio, que habían estado radicados en Estados Unidos y además participaba su padre, otro científico muy importante argentino, preparando nuevos científicos. Generando entonces la infraestructura y las condiciones para que los recursos humanos vuelvan al país los que se fueron, se potencien y al mismo tiempo, a través de una política becaria inteligente y orientada, lograr precisamente el surgimiento de la creación de nuevos científicos, de nuevas científicas que ayuden a dar sustentabilidad, agregando conocimiento a este virtuoso modelo económico social, y como yo digo también cultural que estamos llevando a cabo todos los argentinos, que es patrimonio de todos los argentinos.
Yo no quiero sin embargo terminar esta intervención sin mencionar un tema que tal vez es ajeno a la ciencia y la tecnología pero que tiene que ver con convicciones muy íntimas, con el valor de los derechos humanos, con gestiones con las que nos hemos comprometido institucionalmente y también emocionalmente, por qué no, las instituciones no deben ser incompatibles con las emociones y los sentimientos, pero no podemos menos que celebrar hoy los argentinos y creo que toda la humanidad la liberación de cuatro rehenes en el día de ayer, y además abogar desde aquí, dado los testimonios que se han obtenido de algunos de ellos acerca de la salud de Ingrid Betancourt. Demandar, pedir, rogar una vez más por la liberación de Ingrid Betancourt, no solamente dirigido a quienes la tienen prisionera sino además a aquellos que tienen responsabilidades para lograr las condiciones en que pueda producirse el canje humanitario de una buena vez por todas.
Yo pido a Dios que ilumine a quienes tienen la altísima responsabilidad y el altísimo honor de conducir los destinos de la hermana República de Colombia para que podamos articular, entre todos, los países que nos hemos comprometido muy fuertemente en esta tarea absolutamente humanitaria, desprovista de identidades o pertenencias ideológicas, que todos tenemos pero que debemos separar al momento de la vigencia de los derechos humanos, pedir, solicitar, rogar una vez más que hagan todo lo posible para que el canje humanitario pueda producirse e Ingrid Betancourt y los otros prisioneros también recuperen su libertad.
No podía dejar de decir esto esta mañana. Creo que todos nos hemos sentido muy conmovidos con las imágenes, por los testimonios que vimos y escuchamos ayer, y creo que no podía pasar un momento más sin decirlo. Así lo siento, así lo planteé el día de mi asunción y así lo voy a seguir haciendo hasta el último de mis días con vida, en toda tarea que tenga que ver con los derechos humanos y con políticas que ayuden a la vida, a vivir, a seguir viviendo.
Muchas gracias y tengan todos ustedes muy buenos días.
