por GABY Miér Ago 15, 2012 12:25 pmEntre los aspectos que han llamado la atención de la prensa estadounidense luego del reciente ataque al templo Sij en el estado de Wisconsin, está el hecho que Wade Michael Page, el autor de la matanza, tocaba en una banda racista de cabezas rapadas, un subgénero musical con raíces en el punk y el heavy metal.
Según la organización estadounidense de derechos humanos Southern Poverty Law Center (SPLC), Page era el bajista de la banda End Apathy (Termina con la apatía), descrita como un trío racista blanco. Antes tocaba en otra, llamada Definite Hate (Odio definitivo).
"La música es un comentario triste sobre nuestra sociedad enferma y los problemas que impiden el progreso verdadero", decía la página del grupo en MySpace, cancelada a raíz de la matanza en Oak Creek.
End Apathy tocaba canciones con títulos como "Self Destruct" (Autodestrucción) y "Submission" (Sumisión).
Odio
Marc Potok, editor de la revista investigativa del SPLC, explicó a BBC Mundo que este fenómeno "comenzó en la Inglaterra de fines de la década de 1960 con los skinheads (cabezas rapadas), en un principio no asociados a la Hate Music (música de odio)".
Lo que ocurrió fue que, no siendo racista, se dividió. "El movimiento neonazi organizó partes de los skinheads y les dio el tinte racista, con la etiqueta del rock contra el comunismo", señala Potok. "La música de odio se desarolló en la década de 1970 y llegó a EE.UU. y casi toda Europa".
Como en muchos países de Europa es ilegal, se ha desarrollado más en EE.UU. Según Potok, un sector de la música punk "se infectó" para crear música racista.
"Fue una acción muy efectiva, al atraer a jóvenes de 17, 18 y 19 años a grupos supremacistas blancos de odio", dice. "Muchas de las bandas de música de odio tocan al estilo heavy metal; hay un subgénero llamado 'metal negro nacional socialista', con letras casi ininteligibles porque no cantan sino gritan".
Un fenómeno minoritario
"Hay todo un submundo desconocido para el público general", comenta Potok. "No se consiguen boletos ni se publicitan en la radio ni en televisión ni en revistas ni en internet".
Entre EE.UU. y Europa se pueden contar cientos de seguidores, no miles. "La música es terrible y la letra es extremadamente violenta, de modo que no creo que atraiga a mucha gente", agrega.
Brian Levin, director del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo, de la Universidad Estatal de California en San Bernardino, explicó a BBC Mundo que "los jóvenes de hoy en día son más tolerantes que nunca en EE.UU., así que los reclutados por grupos de odio son los más vulnerables".
El riesgo de que aumente la popularidad de estos grupos no es demasiado grande, asegura. "Los más vulnerables son los que tienen miedo o ira", dice Levin.
"Lo que más les preocupa son cosas personales, como ser abusados en la escuela o si en el futuro conseguirán empleo, pero también la demografía del país, por lo que sienten que no tienen una participación equitativa como blancos ante la gente de color y desean tomar el control".
Neonazis
La música de odio atrae, entre otros, a jóvenes rebeldes, socialmente aislados, intimidados en el colegio o deprimidos, porque vienen de familias disueltas, señala Levin.
"Desde la década de 1980, la música de odio ha sido un método clave de movimientos neonazis para reclutar, radicalizar y retener a jóvenes", afirma Levin. "A los jóvenes no les gustan los clanes, son demasiado jerárquicos y antiguos; en cambio el rock de odio lo encuentran en internet y en redes sociales".
Levin indica que esta música es una de las principales fuentes legales de ingresos para los movimientos de odio "y una de las herramientas más efectivas para reclutar jóvenes".
http://www.bbc.co.uk
Wade Michael Page era el bajista de la banda End Apathy, que preconizaba terminar con la apatía de una sociedad calificada de "enferma"
Según la organización estadounidense de derechos humanos Southern Poverty Law Center (SPLC), Page era el bajista de la banda End Apathy (Termina con la apatía), descrita como un trío racista blanco. Antes tocaba en otra, llamada Definite Hate (Odio definitivo).
"La música es un comentario triste sobre nuestra sociedad enferma y los problemas que impiden el progreso verdadero", decía la página del grupo en MySpace, cancelada a raíz de la matanza en Oak Creek.
End Apathy tocaba canciones con títulos como "Self Destruct" (Autodestrucción) y "Submission" (Sumisión).
Odio
Marc Potok, editor de la revista investigativa del SPLC, explicó a BBC Mundo que este fenómeno "comenzó en la Inglaterra de fines de la década de 1960 con los skinheads (cabezas rapadas), en un principio no asociados a la Hate Music (música de odio)".
Lo que ocurrió fue que, no siendo racista, se dividió. "El movimiento neonazi organizó partes de los skinheads y les dio el tinte racista, con la etiqueta del rock contra el comunismo", señala Potok. "La música de odio se desarolló en la década de 1970 y llegó a EE.UU. y casi toda Europa".
Como en muchos países de Europa es ilegal, se ha desarrollado más en EE.UU. Según Potok, un sector de la música punk "se infectó" para crear música racista.
"Fue una acción muy efectiva, al atraer a jóvenes de 17, 18 y 19 años a grupos supremacistas blancos de odio", dice. "Muchas de las bandas de música de odio tocan al estilo heavy metal; hay un subgénero llamado 'metal negro nacional socialista', con letras casi ininteligibles porque no cantan sino gritan".
Un fenómeno minoritario
"Hay todo un submundo desconocido para el público general", comenta Potok. "No se consiguen boletos ni se publicitan en la radio ni en televisión ni en revistas ni en internet".
Entre EE.UU. y Europa se pueden contar cientos de seguidores, no miles. "La música es terrible y la letra es extremadamente violenta, de modo que no creo que atraiga a mucha gente", agrega.
Brian Levin, director del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo, de la Universidad Estatal de California en San Bernardino, explicó a BBC Mundo que "los jóvenes de hoy en día son más tolerantes que nunca en EE.UU., así que los reclutados por grupos de odio son los más vulnerables".
El riesgo de que aumente la popularidad de estos grupos no es demasiado grande, asegura. "Los más vulnerables son los que tienen miedo o ira", dice Levin.
"Lo que más les preocupa son cosas personales, como ser abusados en la escuela o si en el futuro conseguirán empleo, pero también la demografía del país, por lo que sienten que no tienen una participación equitativa como blancos ante la gente de color y desean tomar el control".
Neonazis
La música de odio atrae, entre otros, a jóvenes rebeldes, socialmente aislados, intimidados en el colegio o deprimidos, porque vienen de familias disueltas, señala Levin.
"Desde la década de 1980, la música de odio ha sido un método clave de movimientos neonazis para reclutar, radicalizar y retener a jóvenes", afirma Levin. "A los jóvenes no les gustan los clanes, son demasiado jerárquicos y antiguos; en cambio el rock de odio lo encuentran en internet y en redes sociales".
Levin indica que esta música es una de las principales fuentes legales de ingresos para los movimientos de odio "y una de las herramientas más efectivas para reclutar jóvenes".
http://www.bbc.co.uk
Wade Michael Page era el bajista de la banda End Apathy, que preconizaba terminar con la apatía de una sociedad calificada de "enferma"
