por GABY Vie Feb 03, 2012 6:08 pmPALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ EN LA CLAUSURA DEL SEMINARIO "OPORTUNIDADES DE COMERCIO, INVERSIONES Y NEGOCIOS ENTRE LA ARGENTINA Y CUBA"
Buenos días a todos y a todas. Señor vicepresidente de la República de Cuba; demás autoridades del gobierno de este bello y querido país; hombres y mujeres de negocios: quiero contarles que me siento muy contenta de estar hoy aquí clausurando este seminario al cual han concurrido más de 80 empresarios de mi país, que como lo decía recién quien me precedió en el uso de la palabra, se han reunido con más de 200 empresas cubanas en más de 400 reuniones de negocios.
Pero permítanme también decirles que me siento sumamente agradecida por el trato y el afecto que he recibido en mi visita, primera visita después de muchos años de un presidente, en este caso de una presidenta argentina, la primera mujer presidenta de la República Argentina, a la hermana República de Cuba.
En estos años que han corrido en nuestro país, luego de la profunda crisis que nos sumiera en el 2001 tal vez en la caída más importante en lo político, económico e institucional de nuestro país, a partir del 25 de mayo del año 2003 comenzó a darse un proceso económico, político y social que nos permite hoy decir, no solamente a nuestros compatriotas sino también a todos los hombres y mujeres del mundo, en este caso hombres y mujeres de negocios, que este año 2008 vamos a finalizar con el crecimiento económico más importante de nuestros 200 años de historia. Modificando no solamente índices de crecimiento económico, hubo otras etapas en mi país donde la economía crecía, pero junto a la economía crecía la tragedia de la desocupación, de la desigualdad, de la gente sin oportunidades de vivienda, de educación, de salud. El crecimiento que propugnamos y que estoy segura también se identifica fuertemente con la concepción de crecimiento económico que tiene la hermana República de Cuba, es que ese crecimiento económico debe llegar a todos y cada uno de sus ciudadanos y ciudadanas, para hacer no solamente un país viable económicamente sino sustentable política y socialmente.
Quiero darles tres cifras de este último 2008, primer año de mi gestión. Una que acaba de ser publicada por Naciones Unidas, por lo tanto estimo que no será objetada por nadie, que significa que la República Argentina recibió durante el año 2008 la inversión extranjera directa más importante, luego de la del Perú, de toda Latinoamérica, 7.300 millones de dólares que significaron además un crecimiento de la inversión extranjera directa respecto del año 2007 de un 28 por ciento. 5.700 millones de dólares habíamos recibido en el año 2007 y 7.300 millones de dólares recibimos en el 2008, dato de Naciones Unidas. Con una observación que hacer, durante el año 2007 parte de esos 5.700 millones de dólares, 1.400 millones aproximadamente, habían sido producto de la fusión o compra de empresas nacionales por parte de otras empresas o consorcios extranjeros; en este caso de los 7.300 millones solamente 600 fueron destinados a este rubro y la totalidad del resto se debió a inversiones sectoriales productivas, lo que habla a las claras no solamente de un mejoramiento en los volúmenes de inversión sino también en la calidad de la inversión, porque va dirigida a alimentar nuevas líneas productivas.
Otro número, el que di también hace pocos días desde Olivos cuando me tocó hacer anuncios económicos. Las principales empresas argentinas que cotizan en bolsa registraron una distribución de dividendos durante el año 2008 tres veces superior a los dividendos que se habían distribuido en el 2007, pero además integraron el mejor número de toda la serie histórica de los últimos 18 años. Creo que sumado al dato que ya hemos confirmado en materia de récord de exportaciones, más de 70.000 millones de exportaciones durante el 2008, el récord más importante y además el superávit comercial -diferencia entre expo e impo- más importante de toda la historia de la Argentina, revela a las claras la importancia de un modelo, que por supuesto no empezó en el año 2008, no sería tan necia de creer que es mérito de quien presidió la Argentina durante el último año, es mérito del esfuerzo de todos los argentinos con el compromiso de un proyecto político que volvió a poner en la economía real, no en la de la especulación, en el trabajo, en la producción y en la redistribución del ingreso que se potencia a través del mercado interno, los ejes fundamentales de un modelo de crecimiento.
Hemos sufrido sí, debo reconocerlo, durante estos 5 largos años, casi 6, la denostación casi permanente, metódica y crónica de los gurúes de las distintas "citis" que nos auguraban siempre que era un veranito y un modelo inviable e insustentable. Hemos visto precisamente que esos gurúes ya no pueden hablarnos más, algunos porque tienen causas penales en las casas centrales muchas veces por estafas vinculadas al movimiento financiero, y otros porque se han quedado sin trabajo precisamente al caer un modelo de acumulación basado estrictamente en lo financiero y no en el capital y el trabajo.
Breve introducción como cuadro de situación de qué mundo tenemos y qué Argentina tenemos, para venir a sostener hoy más que nunca la necesidad de la integración, de la asociación y de la cooperación sur-sur también, como uno de los elementos fundamentales para abordar un mundo que ha cambiado y parece ser que todavía algunos no se han dado cuenta que además ha cambiado en forma definitiva.
Tenemos grandes expectativas en este modelo de negocios que le proponemos a la hermana República de Cuba, que debe ser de complementariedad, porque sus economías así lo son, y de cooperación e integración y transferencia tecnológica. ¿Por qué hago hincapié en esta última parte de transferencia tecnológica? Porque los modos de relacionarse económicamente hasta entonces entre los distintos países, sobre todo de los países más desarrollados en torno a los más emergentes, ha sido vendernos sus productos manufacturados como paquetes cerrados pero sin transferencia de tecnología, lo que significaba condenar a nuestras economías histórica y crónicamente a ese subdesarrollo. El gran desafío que hoy tenemos países como la República Argentina, como la República de Cuba, como las economías emergentes de todo el mundo, que somos precisamente las que hemos sostenido el crecimiento de la actividad económica mundial en la última década, en dos terceras partes de ese crecimiento, es crear un nuevo modelo de negocios, este es el gran desafío.
Para esto se requiere fundamentalmente tener mucha apertura, identificar correctamente aquellas actividades en las cuales somos absolutamente complementarios y donde precisamente debemos construir esos nuevos modelos de negocios. Cuba hoy tiene en el renglón de servicios su principal sector de ingreso de divisas, la Argentina tiene en su matriz productiva, sea sector agroalimentario, sea sector manufacturero, industrial y una parte también importante en materia tecnológica, de servicios y turismo, sus principales rubros de ingresos. Como ustedes ven, amigos y amigas, somos absolutamente complementarios y estamos en condiciones entonces de desarrollar, de hacer, de construir y de ejecutar con resultados concretos de rentabilidad. El otro día cuando yo daba esta cifra de las rentabilidades y los dividendos no lo decía como un reproche, no, los empresarios invierten para ganar dinero, esta es una realidad, y estamos muy contentos de que pueda haber buenas inversiones y buenos negocios en los cuales todos puedan ganar dinero y que ese dinero pueda llegar bajo la forma de trabajo, mejores remuneraciones y mejor calidad de vida para nuestras sociedades.
Creo entonces que en rubros tales como la biotecnología, la construcción, el turismo, todo lo que contribuye al universo de crecimiento que tiene la economía cubana por un lado, más todo lo que podemos hacer en materia de agroalimentos, en materia de maquinaria agrícola, de construcción, en fin, de todas aquella actividades económicas que podemos desarrollar en conjunto, constituye un desafío para todos nosotros. Y cuando hablo de nosotros hablo de ustedes, los empresarios, y de nosotras, las autoridades de ambos países, que somos los que tenemos que articular virtuosamente, construir, hacer esa sinergia entre ambos países, entre ambas actividades empresariales, para poder lograr más y mejores negocios.
El hecho de que me haya acompañado una nutrida delegación de empresarios, el hecho de se hayan realizado numerosas reuniones como las que se están llevando a cabo, indica claramente las fuertes posibilidades que tenemos argentinos y cubanos, no sólo de ser amigos, como siempre lo hemos sido, sino además de ser socios en buenos negocios que redunden en mejores beneficios para nuestros pueblos. Que después de todo de eso se trata la política y la economía, por más que algunos hayan querido cambiar estas ecuaciones y contarnos una historia y un cuento que finalmente terminó siendo eso, un cuento que hoy tiene un final dudoso y no feliz para muchas sociedades, pero que yo estoy segura ofrece oportunidades para aquellas economías como la de ustedes y la nuestra, que no se basaron en la especulación sino en la economía real. Con un aditamento, y esto tengo que señalarlo también, el inmenso esfuerzo que ha sido para la sociedad cubana, para sus hombres y sus mujeres, poder alcanzar un desarrollo tecnológico de la magnitud que lo ha hecho en circunstancias totalmente adversas. Eso los hace a todos ustedes absolutamente mucho más valorables, no solamente desde un concepto ético sino también real y económico. Si con todas estas dificultades, si con un cerco comercial como no se conoce históricamente en el mundo, han podido alcanzar este grado de desarrollo tecnológico y sanitario, cuánto más podrán hacer cuando algunas barreras definitivamente se derrumben (Aplausos) y puedan tener todos ustedes ese potencial económico, de conocimiento y político para desarrollar.
Estoy convencida, y esto escapa tal vez al mundo de los empresarios, de que el mundo ha cambiado profundamente y va a cambiar aún mucho más de lo que nosotros imaginamos. Los invito nada más a hacer un ejercicio de memoria desde 1989 a la fecha. Han transcurrido apenas 20 años, en términos históricos 20 años es casi un segundo cuando asistimos a un desarrollo histórico donde las transformaciones y los cambios han demandado centurias y centurias para que pudieran producirse.
Creo entonces que estamos ante una gran oportunidad. No voy a caer en el lugar común de decir que cada crisis significa una oportunidad, eso siempre lo dicen normalmente los que no se quieren hacer cargo de las crisis o que la crisis pase para otros y no para ellos. No acostumbro hacer eso, sí creo que es un momento de gran desafío económico e intelectual por sobre todas las cosas, porque la economía también es un ejercicio de inteligencia, de poder sopesar las oportunidades de negocios sin clichés, simplemente ver dónde está la oportunidad, identificarla y sí construir una nueva manera de hacer negocios. En eso sí creo que los cambios son irreductibles en el sentido de que la vieja forma de creer que el dinero se reproduce a sí mismo sin pasar por el circuito de los bienes o de los servicios es un ejercicio de fantasía que no terminó muy bien para el mundo. Es hora de que nos hagamos cargo de estas transformaciones y enfrentemos el desafío.
Mi visita aquí a la República de Cuba, mi presencia aquí en la clausura de este seminario, quiere ser testimonio de este nuevo mundo y de este nuevo inicio de relaciones entre la hermana República de Cuba y la República Argentina, cuyas sociedades y sus pueblos siempre estuvieron absolutamente identificados, no solamente por la legendaria figura de Ernesto "Che" Guevara -casi impensable hablar en una reunión de negocios de un líder sus características- sino también por el inmenso afecto y cariño que ambos pueblos se han dispensado y se van a seguir dispensando históricamente.
Muchas gracias y los invito a brindar a todos por los lazos de amistad, cooperación y hermandad entre la República de Cuba y la República Argentina. Muchas gracias.
Buenos días a todos y a todas. Señor vicepresidente de la República de Cuba; demás autoridades del gobierno de este bello y querido país; hombres y mujeres de negocios: quiero contarles que me siento muy contenta de estar hoy aquí clausurando este seminario al cual han concurrido más de 80 empresarios de mi país, que como lo decía recién quien me precedió en el uso de la palabra, se han reunido con más de 200 empresas cubanas en más de 400 reuniones de negocios.
Pero permítanme también decirles que me siento sumamente agradecida por el trato y el afecto que he recibido en mi visita, primera visita después de muchos años de un presidente, en este caso de una presidenta argentina, la primera mujer presidenta de la República Argentina, a la hermana República de Cuba.
En estos años que han corrido en nuestro país, luego de la profunda crisis que nos sumiera en el 2001 tal vez en la caída más importante en lo político, económico e institucional de nuestro país, a partir del 25 de mayo del año 2003 comenzó a darse un proceso económico, político y social que nos permite hoy decir, no solamente a nuestros compatriotas sino también a todos los hombres y mujeres del mundo, en este caso hombres y mujeres de negocios, que este año 2008 vamos a finalizar con el crecimiento económico más importante de nuestros 200 años de historia. Modificando no solamente índices de crecimiento económico, hubo otras etapas en mi país donde la economía crecía, pero junto a la economía crecía la tragedia de la desocupación, de la desigualdad, de la gente sin oportunidades de vivienda, de educación, de salud. El crecimiento que propugnamos y que estoy segura también se identifica fuertemente con la concepción de crecimiento económico que tiene la hermana República de Cuba, es que ese crecimiento económico debe llegar a todos y cada uno de sus ciudadanos y ciudadanas, para hacer no solamente un país viable económicamente sino sustentable política y socialmente.
Quiero darles tres cifras de este último 2008, primer año de mi gestión. Una que acaba de ser publicada por Naciones Unidas, por lo tanto estimo que no será objetada por nadie, que significa que la República Argentina recibió durante el año 2008 la inversión extranjera directa más importante, luego de la del Perú, de toda Latinoamérica, 7.300 millones de dólares que significaron además un crecimiento de la inversión extranjera directa respecto del año 2007 de un 28 por ciento. 5.700 millones de dólares habíamos recibido en el año 2007 y 7.300 millones de dólares recibimos en el 2008, dato de Naciones Unidas. Con una observación que hacer, durante el año 2007 parte de esos 5.700 millones de dólares, 1.400 millones aproximadamente, habían sido producto de la fusión o compra de empresas nacionales por parte de otras empresas o consorcios extranjeros; en este caso de los 7.300 millones solamente 600 fueron destinados a este rubro y la totalidad del resto se debió a inversiones sectoriales productivas, lo que habla a las claras no solamente de un mejoramiento en los volúmenes de inversión sino también en la calidad de la inversión, porque va dirigida a alimentar nuevas líneas productivas.
Otro número, el que di también hace pocos días desde Olivos cuando me tocó hacer anuncios económicos. Las principales empresas argentinas que cotizan en bolsa registraron una distribución de dividendos durante el año 2008 tres veces superior a los dividendos que se habían distribuido en el 2007, pero además integraron el mejor número de toda la serie histórica de los últimos 18 años. Creo que sumado al dato que ya hemos confirmado en materia de récord de exportaciones, más de 70.000 millones de exportaciones durante el 2008, el récord más importante y además el superávit comercial -diferencia entre expo e impo- más importante de toda la historia de la Argentina, revela a las claras la importancia de un modelo, que por supuesto no empezó en el año 2008, no sería tan necia de creer que es mérito de quien presidió la Argentina durante el último año, es mérito del esfuerzo de todos los argentinos con el compromiso de un proyecto político que volvió a poner en la economía real, no en la de la especulación, en el trabajo, en la producción y en la redistribución del ingreso que se potencia a través del mercado interno, los ejes fundamentales de un modelo de crecimiento.
Hemos sufrido sí, debo reconocerlo, durante estos 5 largos años, casi 6, la denostación casi permanente, metódica y crónica de los gurúes de las distintas "citis" que nos auguraban siempre que era un veranito y un modelo inviable e insustentable. Hemos visto precisamente que esos gurúes ya no pueden hablarnos más, algunos porque tienen causas penales en las casas centrales muchas veces por estafas vinculadas al movimiento financiero, y otros porque se han quedado sin trabajo precisamente al caer un modelo de acumulación basado estrictamente en lo financiero y no en el capital y el trabajo.
Breve introducción como cuadro de situación de qué mundo tenemos y qué Argentina tenemos, para venir a sostener hoy más que nunca la necesidad de la integración, de la asociación y de la cooperación sur-sur también, como uno de los elementos fundamentales para abordar un mundo que ha cambiado y parece ser que todavía algunos no se han dado cuenta que además ha cambiado en forma definitiva.
Tenemos grandes expectativas en este modelo de negocios que le proponemos a la hermana República de Cuba, que debe ser de complementariedad, porque sus economías así lo son, y de cooperación e integración y transferencia tecnológica. ¿Por qué hago hincapié en esta última parte de transferencia tecnológica? Porque los modos de relacionarse económicamente hasta entonces entre los distintos países, sobre todo de los países más desarrollados en torno a los más emergentes, ha sido vendernos sus productos manufacturados como paquetes cerrados pero sin transferencia de tecnología, lo que significaba condenar a nuestras economías histórica y crónicamente a ese subdesarrollo. El gran desafío que hoy tenemos países como la República Argentina, como la República de Cuba, como las economías emergentes de todo el mundo, que somos precisamente las que hemos sostenido el crecimiento de la actividad económica mundial en la última década, en dos terceras partes de ese crecimiento, es crear un nuevo modelo de negocios, este es el gran desafío.
Para esto se requiere fundamentalmente tener mucha apertura, identificar correctamente aquellas actividades en las cuales somos absolutamente complementarios y donde precisamente debemos construir esos nuevos modelos de negocios. Cuba hoy tiene en el renglón de servicios su principal sector de ingreso de divisas, la Argentina tiene en su matriz productiva, sea sector agroalimentario, sea sector manufacturero, industrial y una parte también importante en materia tecnológica, de servicios y turismo, sus principales rubros de ingresos. Como ustedes ven, amigos y amigas, somos absolutamente complementarios y estamos en condiciones entonces de desarrollar, de hacer, de construir y de ejecutar con resultados concretos de rentabilidad. El otro día cuando yo daba esta cifra de las rentabilidades y los dividendos no lo decía como un reproche, no, los empresarios invierten para ganar dinero, esta es una realidad, y estamos muy contentos de que pueda haber buenas inversiones y buenos negocios en los cuales todos puedan ganar dinero y que ese dinero pueda llegar bajo la forma de trabajo, mejores remuneraciones y mejor calidad de vida para nuestras sociedades.
Creo entonces que en rubros tales como la biotecnología, la construcción, el turismo, todo lo que contribuye al universo de crecimiento que tiene la economía cubana por un lado, más todo lo que podemos hacer en materia de agroalimentos, en materia de maquinaria agrícola, de construcción, en fin, de todas aquella actividades económicas que podemos desarrollar en conjunto, constituye un desafío para todos nosotros. Y cuando hablo de nosotros hablo de ustedes, los empresarios, y de nosotras, las autoridades de ambos países, que somos los que tenemos que articular virtuosamente, construir, hacer esa sinergia entre ambos países, entre ambas actividades empresariales, para poder lograr más y mejores negocios.
El hecho de que me haya acompañado una nutrida delegación de empresarios, el hecho de se hayan realizado numerosas reuniones como las que se están llevando a cabo, indica claramente las fuertes posibilidades que tenemos argentinos y cubanos, no sólo de ser amigos, como siempre lo hemos sido, sino además de ser socios en buenos negocios que redunden en mejores beneficios para nuestros pueblos. Que después de todo de eso se trata la política y la economía, por más que algunos hayan querido cambiar estas ecuaciones y contarnos una historia y un cuento que finalmente terminó siendo eso, un cuento que hoy tiene un final dudoso y no feliz para muchas sociedades, pero que yo estoy segura ofrece oportunidades para aquellas economías como la de ustedes y la nuestra, que no se basaron en la especulación sino en la economía real. Con un aditamento, y esto tengo que señalarlo también, el inmenso esfuerzo que ha sido para la sociedad cubana, para sus hombres y sus mujeres, poder alcanzar un desarrollo tecnológico de la magnitud que lo ha hecho en circunstancias totalmente adversas. Eso los hace a todos ustedes absolutamente mucho más valorables, no solamente desde un concepto ético sino también real y económico. Si con todas estas dificultades, si con un cerco comercial como no se conoce históricamente en el mundo, han podido alcanzar este grado de desarrollo tecnológico y sanitario, cuánto más podrán hacer cuando algunas barreras definitivamente se derrumben (Aplausos) y puedan tener todos ustedes ese potencial económico, de conocimiento y político para desarrollar.
Estoy convencida, y esto escapa tal vez al mundo de los empresarios, de que el mundo ha cambiado profundamente y va a cambiar aún mucho más de lo que nosotros imaginamos. Los invito nada más a hacer un ejercicio de memoria desde 1989 a la fecha. Han transcurrido apenas 20 años, en términos históricos 20 años es casi un segundo cuando asistimos a un desarrollo histórico donde las transformaciones y los cambios han demandado centurias y centurias para que pudieran producirse.
Creo entonces que estamos ante una gran oportunidad. No voy a caer en el lugar común de decir que cada crisis significa una oportunidad, eso siempre lo dicen normalmente los que no se quieren hacer cargo de las crisis o que la crisis pase para otros y no para ellos. No acostumbro hacer eso, sí creo que es un momento de gran desafío económico e intelectual por sobre todas las cosas, porque la economía también es un ejercicio de inteligencia, de poder sopesar las oportunidades de negocios sin clichés, simplemente ver dónde está la oportunidad, identificarla y sí construir una nueva manera de hacer negocios. En eso sí creo que los cambios son irreductibles en el sentido de que la vieja forma de creer que el dinero se reproduce a sí mismo sin pasar por el circuito de los bienes o de los servicios es un ejercicio de fantasía que no terminó muy bien para el mundo. Es hora de que nos hagamos cargo de estas transformaciones y enfrentemos el desafío.
Mi visita aquí a la República de Cuba, mi presencia aquí en la clausura de este seminario, quiere ser testimonio de este nuevo mundo y de este nuevo inicio de relaciones entre la hermana República de Cuba y la República Argentina, cuyas sociedades y sus pueblos siempre estuvieron absolutamente identificados, no solamente por la legendaria figura de Ernesto "Che" Guevara -casi impensable hablar en una reunión de negocios de un líder sus características- sino también por el inmenso afecto y cariño que ambos pueblos se han dispensado y se van a seguir dispensando históricamente.
Muchas gracias y los invito a brindar a todos por los lazos de amistad, cooperación y hermandad entre la República de Cuba y la República Argentina. Muchas gracias.
